Por HERMANN TERTSCH
El País, Wunsiedel,
27.08.87
Varios centenares de nazis lograron ayer manifestarse ante
el cementerio de la ciudad bávara de Wunsiedel, donde en un principio iba a ser
enterrado Rudolf Hess, el ex lugarteniente de Adolf Hitler, que se suicidó el
pasado día 17 en la cárcel de Spandau, en Berlín. Entre gritos de "Nadie
calmará la ira que vengará a Hess", nazis de todas las edades intentaron
entrar en el cementerio en el que se halla el panteón familiar del nazi muerto.
La policía, que desde la pasada semana mantiene cerrado y rodeado el
cementerio, intervino varias veces para detener alborotadores y disolvió
finalmente la concentración con unidades antidisturbios y perros.
El entierro no se celebró, como ya anunció el lunes la
familia. No obstante, persisten los rumores de que Hess no ha sido inhumado en
un lugar secreto, como asegura la familia, sino que se encuentra en un depósito
de cadáveres y será enterrado en Wunsiedel cuando no exista el riesgo de
concentraciones nazis en su honor. Desde primeras horas de la mañana de ayer
comenzaron a llegar al pueblo viejos ex combatientes hitlerianos en parte con
sus familias y jóvenes neonazis que lograron burlar los controles policiales instalados
en todas las carreteras de acceso a esta pequeña localidad bávara.
En los controles fue detenido un número aún indeterminado
de skinheads (cabezas rapadas) y se impidió el acceso a Wunsiedel a
neonazis cuyo atuendo demostraba inequívocamente que acudían a homenajear a
Hess.
Mitin en el cementerio
No obstante, poco antes de las dos de la tarde, hora en que
inicialmente iba a celebrarse la ceremonia, se concentraron ante la puerta
principal del cementerio cerca de dos centenares de personas con trajes regionales,
uniformes paramilitares o portando insignias nacionalsocialistas. Según la
policía, llegaron a reunirse entre 500 y 600 personas. El núcleo militante de
nazis no llegaba a los 200, según esta misma fuente. A las dos, los
concentrados irrumpieron en aplausos al aparecer dos hombres vestidos de luto
con sendas coronas de flores dedicadas a Hess por "los fieles a un
fiel".
Inmediatamente, comenzaron a corear "¡que abran, que
abran!", refiriéndose a la puerta del cementerio, y se agolparon en torno
a los agentes del orden, lo que dio origen a la primera intervención policial,
en la que fueron detenidos algunos dirigentes de esta acción.
En posteriores incidentes ante el cementerio fueron
detenidas 26 personas y confiscadas dos pistolas, diversas armas blancas y
pancartas y panfletos exaltando a Hess como héroe alemán y "víctima de la
tortura aliada".
Los manifestantes cantaron el himno alemán en su versión
anticonstitucional, con la mano alzada en el saludo nazi, tacharon a la policía
de "sicarios de las fuerzas de ocupación", y agredieron a algunos
periodistas, cámaras y fotógrafos.
La policía cargó finalmente, tras dos horas de advertencias,
contra el grueso de la manifestación que permanecía ante el cementerio y
disolvió a los diversos grupos con ayuda de perros.
El jefe del mando especial creado en Wunsiedel por la
policía, Martin Oester, declaró que los controles habían frustrado intentos de
otros grupos de acceder al pueblo. La policía cifró el número de detenidos
hasta anoche en 99, incluidos varios austriacos. Ayer había en Wunsiedel
representantes de la extrema derecha francesa. No se detectó la presencia de
extremistas españoles.
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