Por HERMANN TERTSCH
El País, Bonn,
07.09.87
HITO INTERALEMÁN
La Constitución de la RFA cree en una sola Alemania
La elaboración del programa y protocolo de la visita de
Erich Honecker en la República Federal de Alemania ha sido un auténtico encaje
de bolillos. La RFA no reconoce a la República Democrática Alemana como un
Estado independiente y soberano, según el derecho internacional, y en su
Constitución establece como objetivo irrenunciable la reunificación. "El
pueblo alemán en su conjunto está llamado a conseguir, en libre
autodeterminación, la libertad y unidad de Alemania", establece el
preámbulo constitucional.
Las dificultades protocolarias de recibir al jefe de Estado
de un Estado al que no se reconoce son obvias. Han sido superadas gracias al
interés común en este acto histórico, recurriéndose en parte a ambigüedades y
eufemismos para evitar susceptibilidades. Honecker acude a Bonn en base a una
invitación del canciller, Helmut Kohl, no del presidente de la República,
Richard von Weizsaecker. Su estancia en la RFA tiene carácter oficial de
"visita de trabajo", aunque se trate claramente de una visita de
Estado. La RDA logró imponer ciertas condiciones que le dan inequívocamente
este carácter. Kohl recibirá a Honecker con honores militares ante la
cancillería federal. Juntos escucharán los dos himnos alemanes. En los grandes
mástiles ante el palacio Schaumburg de la cancillería en Bonn ondearán las dos
banderas alemanas, con los mismos colores y distintos escudos. Honecker será
recibido por Von Weizsaecker pese a que, en un principio, el Gobierno federal
intentó oponerse. La RDA hizo depender toda la visita de este encuentro entre
los jefes de Estado.
Un encuentro entre los ministros de Asuntos Exteriores, Hans
Dietrich Genscher y Oskar Fischer, ha sido redefinido para evitar la impresión
de que la RFA incorpora a la cartera de Exteriores sus relaciones con la
"otra Alemania".
En Bonn las relaciones con Berlín Este son competencia del
Ministerio de Relaciones Interalemanas. Genscher verá a su colega de Berlín
Este en calidad de vicecanciller. Si en Bonn el Gobierno finalmente ha aceptado
de hecho el acto como visita de Estado sin calificarla como tal, en los
diversos Estados federados que visitará Honecker, el protocolo será aún mayor.
El Gobierno federal ha reaccionado con malestar ante la noticia de que Franz
Josef Strauss, el presidente de Baviera, que combina su derechismo exacerbado
con un curioso afecto por Honecker, ha decidido poner una escolta de 15
motoristas al ilustre invitado frente a los siete que acompañarán a éste en sus
breves trayectos por la capital federal.
Así está previsto al menos, si no se decide a última hora
que el jefe del Estado comunista realice sus desplazamientos en helicóptero por
motivos de seguridad. Dada la naturaleza del problema alemán no
existen prácticamente grupos organizados de exiliados de la RDA en
territorio federal. Los huidos o emigrados se integran en Alemania Occidental y
vuelven la espalda a su pasado en el Este. Sin embargo, es obvio que Honecker
tiene enemigos en la RFA, entre los emigrantes, represaliados o familiares de
ciudadanos de la RDA víctimas de la represión política. La policía se halla en
grado de máxima alerta, sólo utilizado en casos de extrema conflictividad como
las visitas del presidente norteamericano Ronald Reagan.
Tras dos días de intensos contactos políticos en Bonn,
Honecker viajará por el Estado de Renania Westfalia, invitado por su
presidente, el socialdemócrata Johannes Rau. El miércoles por la tarde llegará
a su Estado natal del Sarre, donde visitará la ciudad donde nació hace 75 años,
Neunkirchen, y la vecina Wiebelskirchen, donde inició su militancia comunista.
El anfitrión será el presidente socialdemócrata Oskar Lafontaine, con quien
Honecker mantiene contactos desde hace años. El viernes, finalmente, viajará a
Múnich, donde el bávaro Strauss le agasajará con opulento protocolo hasta su
partida hacia Berlín Este esa misma tarde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario