Por HERMANN TERTSCH
El País, Bonn,
11.11.87
La inesperada muerte de Hans Joachim Knack, secretario de
Estado del Ministerio del Interior del Estado de Schleswig-Holstein, ha hecho
crecer tanto la consternación de la clase política alemana como las sombras que
se extienden sobre el mayor escándalo político de la historia de la República
Federal de Alemania (RFA). Knack fue hallado muerto el lunes, postrado sobre el
escritorio, en su despacho del ministerio en Kiel.
Los medios informativos de la RFA aceptaban ayer la versión
oficial, que alude a un infarto agudo como causa de la muerte del alto
funcionario, que ya había sufrido dolencias del corazón y portaba un marcapasos
desde hacía varios años. Nadie niega, sin embargo, una eventual relación entre
su muerte y el hecho de que pocas horas antes de producirse Knack hubiera
recibido una citación para declarar ante la comisión parlamentaria que
investiga el entramado delictivo de la campaña supuestamente orquestada contra
el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) por Uwe Barschel desde la presidencia
del Estado. Según fuentes de la Unión Cristianodemócrata, Knack, que era
miembro del partido, se hallaba muy afectado por el escándalo.
El pasado día 11 de octubre, Barschel, que se había visto
obligado a dimitir semanas antes, aparecía muerto en circunstacias aún no
aclaradas en un hotel de Ginebra. El 29 de octubre, uno de los detectives que
había participado en la vigilancia del líder socialdemócrata en
Schleswig-Holstein, Bjorn Engholm, se suicidó disparándose un tiro con la
pistola que había arrebatado a un policía. Han desparececido ya, por tanto,
tres testigos claves para esclarecer los hechos y determinar las responsabilidades
y los intereses que indujeron a la campaña para eliminar políticamente a
Engholm.
Siguen, por otra parte, los fuertes enfrentamientos en el
Parlamento de Schleswig-Holstein, donde tras los resultados de las elecciones
de septiembre se da un empate a 37 votos entre la CDU y liberales por un lado y
SPD y el único diputado de la minoría danesa por el otro. Aún no hay acuerdo
sobre la fecha de las nuevas elecciones, que se han hecho inevitables ante la
desastrosa situación política provocada por el escándalo. Y surgen ahora los
primeros indicios de que los métodos mafiosos utilizados contra
Engholm no procedían exclusivamente de Barschel.
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