Por HERMANN TERTSCH / JULIÁN MTNEZ. MTNEZ.
El País, Bonn,
17.09.87
El presidente del Gobierno español, Felipe González, se
entrevistó ayer con el canciller alemán occidental, Helmut Kohl, en la primera
jornada de su visita a Bonn con motivo de las consultas anuales
hispano-alemanas. En la reunión, González planteó, entre otras cuestiones, los
problemas de financiación en la CE y la seguridad europea. Esta visita tiene
-por iniciativa del canciller Kohl, expresada en la anterior consulta
bilateral, en Madrid, en noviembre de 1986- un carácter básicamente económico.
González señaló que España no puede convertirse en motor de economías
superiores, como la alemana.
Este protagonismo de la economía queda avalado por la
presencia en Bonn, coincidiendo con la llegada del presidente del Gobierno, de
una importante delegación de medio centenar de empresarios de la CEOE y de las
cámaras de comercio que han discutido con sus homólogos alemanes un relanzamiento
de la cooperación industrial. No obstante, en las entrevistas entre Felipe
González y el canciller Kohl, tanto inmediatamente después de la llegada del
jefe del Gobierno español a la capital federal como en una cena en privado que
mantuvieron ambos jefes de Gobierno y que se prolongó hasta pasadas las doce de
la noche, se trataron también cuestiones de la seguridad europea y de la
política comunitaria.
Felipe González llegó a las 16.20 al aeropuerto de
Colonia-Bonn en un vuelo especial de las Fuerzas Armadas, acompañado por su
mujer, Carmen Romero, y la delegación gubernamental. En la cancillería federal,
en Bonn, fue recibido con honores militares por el canciller Kohl. La
delegación española que acompaña al presidente González está encabezada por los
ministros de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez; de Economía y
Hacienda, Carlos Solchaga, y de Industria, Luis Carlos Croissier, y del
secretario de Estado para las Comunidades Europeas, Pedro Solbes.
En medios gubernamentales alemanes se daba ayer especial
importancia al diálogo entre Kohl y González para tratar sobre una coordinación
en materia de seguridad europea y política comunitaria. La RFA ocupará la
presidencia de la Comunidad el primer semestre de 1988. Despúes de Grecia, en
el segundo semestre, serán España y Francia los que ocupen esta presidencia, de
especial importancia para dar un impulso a las dos vertientes fundamentales de
la aplicación del Acta Europea, la reforma financiera y la creación del mercado
interior hasta 1992.
La RFA confía en coordinar con González y con el presidente
francés, François Mitterrand, esta política para solucionar, entre otros
problemas, el de la financiación, modificando los principios de financiación de
los recursos propios de la CE, de acuerdo con el producto interior bruto de
cada miembro. Respecto a las dificultades de adaptación de la economía española
a la CE, fuentes cercanas a la cancillería manifestaron ayer que "pueden
estar seguros que ayudaremos a los españoles en esto". González insiste en
sus entrevistas con Kohl en que España no puede convertirse, como país de renta
baja en el seno de la CE, en motor de economías superiores, como la alemana, a
través de la importación. Subyace aquí la misma crítica a los alemanes
expresada ya por otros miembros de la CE que urgen a la RFA a que reactive su
demanda interior y no se vuelque en la exportación, como sucede desde hace
años.
En la política de seguridad, Kohl y González trataron la
nueva situación que se creará en Europa si se da el acuerdo para la eliminación de
los misiles INF. La intención de España de sumarse a la Unión Europea
Occidental (EUO) es vista en Bonn con simpatía, pero no se considera inmediata.
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