Por HERMANN TERTSCH
El País, Varsovia,
02.12.87
La derrota de las tesis del Gobierno en el referéndum sobre
la reforma política y económica celebrado en Polonia el domingo ha producido un
general asombro, patente ayer en Varsovia, tanto entre la clase política como
entre los cientos de periodistas llegados de todo el mundo.
El hecho sin precedentes de que un régimen comunista pierda
un referéndum organizado y controlado exclusivamente por él supone, en este
caso, un revés para los reformistas polacos, pero también un cambio cualitativo
del papel que otorga el régimen a la consulta popular. El aumento de
credibilidad del presidente Wojciech Jaruzelski y su equipo podría compensar el
duro revés al plan de reformas económicas radicales y los riesgos que plantean
ahora al Gobierno las inevitables subidas de precios. En medios políticos y
diplomáticos se concede mucha más importancia al precedente histórico que al
eventual frenazo a unas reformas cuyo ritmo de aplicación podrá cambiar, no así
su contenido. Lejos quedan las cifras fastuosas de participación y apoyo del
99,99% a la tesis oficial que durante tantos años caracterizaron las consultas
en los regímenes socialistas. Las irregularidades habidas en esta consulta se
atribuyen a la falta de hábito y al celo de funcionarios locales en exceso
diligentes.
Las reformas son inevitables por imprescindibles. La
economía polaca no tiene salida posible de la crisis de no realizarse una
profunda reestructuración y liberalización global. En medios occidentales en
Varsovia se subraya que el viceprimer ministro Zdzislaw Sadowski, cerebro del
programa de reformas es el dirigente mas competente que ha tenido Polonia en
muchos años. Pero el resultado del domingo es una advertencia al Gobierno de
que tendrá que calibrar con gran minuciosidad su coste social para evitar
conflictos cuyas consecuencias en Polonia siempre son imprevisibles.
La prensa polaca se limitó ayer a informar del recuento con
lapidarios titulares en sus portadas: "Resultados del referéndum".
Tan solo el diario Rzeczpospolita, considerado el órgano del Gobierno,
publicó un comentario de Ryszard Wojna, titulado "El rubicón de la
democracia" en el que destaca el carácter histórico de la derrota de un
"régimen socialista en un referéndum". Según Wojna, "no puede
darse una garantía mayor y más honesta de las intenciones y del programa de la
renovación del socialismo". Y destaca "la nueva lógica que obedece al
replanteamiento autocrítico de los valores comprendidos bajo el término
socialismo".
Sin embargo, Wojna, uno de los dirigentes del partido que
más han descatacado en los últimos meses en la defensa de profundos cambios
políticos hacia la democratización real del sistema, advierte que el partido y
el estado tendrán que extraer conclusiones de este resultado "si bien la
necesidad de la reforma fundamental es incuestionable".
El portavoz gubernamental, Jerzy Urban, intentó ayer
convertir los sorprendentes resultados en un "éxito" que ha causado
"satisfacción" a los artífices del programa de reformas y destacó
sólo los aspectos favorables de la alta participación del 67% y del apoyo de 11
millones de polacos a un programa impopular de austeridad.
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