Por HERMANN
TERTSCH / JOSÉ M. MARTI FONT
El País, Berlín
Oeste / Bonn, 15.08.89
El ministro de Asuntos Exteriores húngaro, Gyula Horn, y el
secretario de Estado alemán federal, Juergen Sudhoff, se entrevistaron ayer sin
que se hiciera pública ninguna medida para solucionar la situación de los 180
alemanes orientales encerrados en la embajada de la RFA en Budapest. La sede
diplomática fue cerrada el domingo por tiempo indefinido por las autoridades de
la República Federal de Alemania (RFA) que explicaron que la embajada había
llegado al tope de su capacidad para acoger refugiados. Sudhoff justificó en la
capital húngara el absoluto hermetismo declarando que ambas partes buscan "soluciones
humanitarias que excluyan la publicación de las medidas tratadas".
Medios políticos berlineses daban ayer por seguro el máximo interés de
la dirección política de Berlín Este en poner fin rápidamente a la actual
crisis antes de la inauguración de la Feria de Leipzig, a principios de
septiembre, acto que la RDA escenifica tradicionalmente como demostración de su
éxito económico y de sus intensas relaciones internacionales. Pese a la
inflexibilidad y la dureza demostrada en los últimos días por las autoridades
de Berlín Este en sus ataques a los refugiados y al Gobierno de Bonn, también
la cercanía del 40º aniversario de la creación de la República fuerza al
régimen a eliminar al menos los focos de tensión actuales. El líder de la RDA,
Erich Honecker no quiere en ningún caso ver empañada la solemne ceremonia del
40º aniversario por manifestaciones tan evidentes de la insatisfacción de su
población.
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