Por HERMANN TERTSCH
El País, Varsovia,
28.09.87
El vicepresidente norteamericano, George Bush, mantuvo ayer
una larga entrevista con el jefe del Estado polaco, Wojciech Jaruzelski, que se
centró en las posibilidades de ayuda norteamericana para sacar a Polonia de su
profunda crisis económica y cooperar en la realización de las nuevas reformas
internas económicas y políticas.
Jaruzelski recibió a Bush en el palacio de Nieborow, a 80
kilómetros de Varsovia, en la segunda jornada de la visita oficial del
vicepresidente norteamericano a Polonia. Esta visita pone fin a casi seis años
de paralización total de las relaciones entre ambos países tras la implantación
de la ley marcial en Polonia que ilegalizó al sindicato independiente
Solidaridad. En el marco de la mejora global de las relaciones entre el Este y
el Oeste, cuyo principal síntoma es el próximo acuerdo entre las superpotencias
para la eliminación de los misiles de medio alcance, Washington y Varsovia
reanudan unas relaciones importantes para ambos países.
Varsovia, terreno de pruebas
Para Estados Unidos, Polonia no sólo es el mayor país de la
comunidad socialista tras la Unión Soviética, sino también el terreno de
pruebas donde se perfilan los cambios internos políticos y económicos más
rápidos del este europeo."Reconocemos la importancia de este país y su
posición en el mundo", había manifestado Bush en la cena que le fue
ofrecida el sábado por el vicepresidente del Estado, Kazimierz Barcikovski.
Respecto a las medidas liberalizadoras ya tomadas por el
régimen de Jaruzelski, la amnistía a los presos políticos y los nuevos planes
de reformas anunciados para noviembre, Bush señaló: "Saludamos estos pasos
y esperamos que continúen".
En Polonia, la ayuda norteamericana es imprescindible para
lograr nuevos créditos y mejores condiciones de pago de su deuda exterior.
La agencia oficial polaca Pap destacó ayer que Jaruzelski y
Bush habían hablado sobre fórmulas de cooperación con Polonia del Fondo
Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y el Club de París de países
occidentales acreedores.
El régimen de Varsovia espera que la primera consecuencia de
esta visita sea el cese del veto norteamericano a nuevos créditos del FMI a Polonia,
que impide asimismo la renegociación de las condiciones de pago ante el Club de
París.
Las autoridades polacas esperan que Estados Unidos se avenga
a ello a la vista de las reformas internas previstas, que establecen una nueva
ley electoral con pluralidad de opciones, una nueva ley de asociación y nuevos
incentivos económicos para reactivar la producción y reestructurar el sector de
la exportación. Los aspectos económicos de este plan no son, sin embargo,
realizables sin una ayuda financiera externa.
El vicepresidente norteamericano se entrevistó asimismo con
el ex líder de Solidaridad, Lech Walesa, y otros dirigentes del sindicato
ilegal. Por la mañana, Bush visitó en compañía de su esposa dos granjas
privadas y acudió a una misa en la localidad de Kielpin.
Homenaje a los aviadores
En este pueblo, cercano a la capital polaca, se hallan
enterrados ocho aviadores norteamericanos que murieron al ser derribado su
bombardero B-17 por la artillería alemana en 1944, durante una operación de
apoyo a la guerrilla polaca. Junto al vicepresidente norteamericano presenció la
misa y un acto ante el monumento a los aviadores el único superviviente de
aquella operación, el norteamericano Marcus Shook. Durante la misa y el
homenaje fueron desplegadas varias pancartas del sindicato ilegal.
Como en el primer día de su estancia, Bush se mostró ayer
muy conciliador con el régimen polaco. Destacó "las medidas que ha tomado
el Gobierno que mejoran las perspectivas de una reconciliación nacional" y
"la fe del pueblo norteamericano en el pueblo polaco". "Nuestro
objetivo común es la libertad", señaló.
No hay comentarios:
Publicar un comentario