Por HERMANN TERTSCH
El País, Praga,
18.08.89
EL CAMBIO EN EL ESTE
Las autoridades checoslovacas atacaron ayer con dureza la
condena de la invasión de Checoslovaquia en 1968, hecha el viernes por el buró
político del Partido Obrero Socialista Húngaro (POSH, comunista). La agencia
checoslovaca CTK emitió ayer un comunicado en el que acusa a la dirección del
POSH "de ayudar a las fuerzas antisocialistas en Checoslovaquia y el
exterior. Éstas, incitadas por círculos reaccionarios de Occidente, quieren
utilizar los acontecimientos de 1968 para atacar a la reestructuración y
democratización en Checoslovaquia en confrontación con la verdad
histórica", añadía CTK. El órgano dirigente de los comunistas húngaros y
el Parlamento polaco, que ayer condenó la invasión, son las primeras
instituciones de países socialistas que condenan el aplastamiento de la
primavera de Praga por los ejércitos del Pacto de Varsovia. Para el régimen de
Praga, cada vez más enfrentado por su política inmovilista a sus aliados
reformistas, esta condena supone una nueva merma de legitimidad e incrementa
sus temores ante el 21º aniversario de la entrada de las tropas extranjeras, el
21 de agosto de 1968. El Gobierno checoslovaco advirtió ayer a través de la
televisión del país que no tolerará actos de protesta que pongan en peligro el
proceso de "reestructuración".
El jefe del Partido Comunista Checoslovaco (PCCh), Milos
Jakes, y el órgano oficial, Rude Pravo, han dejado claro que la versión oficial
de la invasión, que la califica de "ayuda fraternal" para poner fin a
un intento de derribar al socialismo con ayuda occidental, no va a cambiar en
Checoslovaquia.
Opositores al régimen y medios estudiantiles están
convencidos de que éste utilizará el aniversario para hacer una demostración de
fuerza, y que la policía tiene instrucciones de actuar con la máxima dureza.
"Han llegado 20.000 policías a Praga, y en los túneles del Metro se están
habilitando hospitales ambulantes", declaró Jiri Wolf, quien salió de
prisión hace apenas tres meses.
En Praga se percibe la presencia de numerosos policías
uniformados y de paisano. Ayer una manifestación de medio centenar de jóvenes
intentó entregar a los policías que la vigilaban unas rosas. Los policías se
negaron a coger las flores alegando que los jóvenes estaban causando un
desorden público. Sin embargo, no intervino. La oposición ha convocado para
todos estos días, hasta el 21, manifestaciones silenciosas, pero ha pedido que
no se griten eslóganes ni se muestren pancartas. A gran parte de los dirigentes
de la oposición les ha sido cortada la línea telefónica, aludiendo en cartas
enviadas a los abonados que, debido a la gran demanda, se necesita su línea
temporalmente.
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