Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Praga
El País Domingo,
20.08.89
GIRO HISTÓRICO EN EL ESTE
El régimen checoslovaco prepara una acción de violencia represiva
contra la oposición con motivo del 21º aniversario de la invasión de las tropas
del Pacto de Varsovia, que se cumple mañana. En medios disidentes existe la
certeza de que el partido comunista está decidido a provocar graves incidentes
para justificar el aplastamiento de manifestaciones pacíficas convocadas para
conmemorar el final de la Primavera de Praga. "Se quieren utilizar métodos
chinos", según los pocos opositores que han optado por permanecer en
Praga.
Carta 77 ha recomendado absoluta tranquilidad para evitar
muertes, que, según opinión generalizada de la oposición, la dirección ortodoxa
de Praga está dispuesta a provocar. Uno de los muchos signos alarmantes es la
comunicación hecha a las embajadas en Praga para que recomienden a periodistas y
turistas que no acudan al centro hoy y mañana, "porque el Gobierno
checoslovaco no puede garantizar su seguridad".
La oposición cuenta con información sobre la instalación de
hospitales de urgencia en los túneles del metro cercanos a la plaza
de San Wenceslao. Corren todo tipo de rumores por la capital sobre el posible
asesinato de algún policía por provocadores de la seguridad del Estado como
desencadenante de la operación de castigo.
Jiri Hajek, el que fuera ministro de Asuntos Exteriores bajo
Alexander Dubcek, ha declarado a EL PAÍS que, "bajo la presión de la
aceleración de las reformas de Polonia, el régimen se halla en estado de
pánico". Según Hajek, "la gran manifestación de agosto pasado cogió
por sorpresa a la dirección del partido". "Por ello preveo ahora una acción
muy violenta producto de la histeria de la cúpula del partido. Ésta ha
aumentado con las declaraciones de condena de la invasión de Varsovia y
Budapest", añadió.
El ex ministro reformista se reunió la semana pasada con
Alexander Dubcek, que estuvo en Praga. Ambos coincidieron en que "aquellos
de la dirección actual que podían haber cambiado sinceramente hacia posiciones
similares a las de Gorbachov han perdido ya la oportunidad de hacerlo, diciendo
la verdad sobre el 68", concluyó Hajek, quien estaba en su casa de la
ciudad jardín de Praga esperando ser detenido en cualquier momento.
"Llámeme si quiere estos días, pero no le garantizo que esté en
casa", se despidió de este enviado especial.
La capital checoslovaca se encuentra tomada por fuerzas
policiales, reforzadas con 20.000 hombres traídos de provincias. Centenares de
policías de paisano controlan a los transeúntes en la calle, y desde pisos
céntricos filman a grupos de personas. Desde hace varios días, más de 70
personas hacen un paseo en fila y completo silencio por la calle Na
Prikope.
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