Por HERMANN TERTSCH
El País, Bonn,
08.09.87
El jefe de Estado de la República Democrática Alemana, Erich
Honecker, fue recibido ayer en Bonn con plenos honores militares por el
canciller federal, Helmut Kohl, en la primera visita que realiza un máximo
dirigente de Alemania Oriental a la capital federal desde la existencia de dos
Estados alemanes. En ambas capitales se ha calificado de "histórico"
este acontecimiento. Tras 38 años de relaciones hostiles, ayer ondeó por
primera vez sobre la cancillería federal, en Bonn, la bandera alemana con el
escudo del martillo y el compás del Estado socialista alemán.
El realismo y el sentido común fueron la tónica de todas las
intervenciones públicas del invitado y sus anfitriones. Desde posiciones
ideológicamente enfrentadas, Honecker y Kohl expresaron su voluntad de
continuar y profundizar un proceso de distensión entre las dos Alemanias que,
en el marco de la mejora de las relaciones Este-Oeste, tiene ya hoy resultados
en parte espectaculares. Sin ocultar las diferencias, ambos resaltaron que el
momento político actual ofrece unas oportunidades de incrementar la cooperación
y el mutuo entendimiento jamás habidas desde 1945. Honecker llegó a las diez en
punto de la mañana al aeropuerto de Bonn-Colonia a bordo de un avión soviético
Iliushin 62-M de las líneas aéreas germano orientales Interflug. En el
aeropuerto le esperaba el ministro de la cancillería, Wolfgang Schaeuble. En los
jardines aguardaba el canciller Helmut Kohl. Honecker y Kohl escucharon juntos
los himnos de los dos Estados y pasaron revista a la guardia de honor del
Ejército federal. El himno de la RDA era uno de los actos que, según medios
cercanos al canciller, éste quiso evitar. La RDA declaró este recibimiento como
condición irrenunciable para la visita. El protocolo de la primera jornada del
viaje demostró ayer que, si bien calificado oficialmente como "visita de
trabajo", el viaje de Honecker a Bonn es ya hoy una visita de Estado.
Tras posar para los medios gráficos, Honecker y Kohl se
retiraron con sus respectivas delegaciones a la primera sesión de trabajo de esta cumbre interalemana que ha despertado inusitadas esperanzas de
mejora en las relaciones bilaterales. En el encuentro Honecker se manifestó
satisfecho del desarrollo del diálogo y cooperación entre ambos Estados y
resaltó en este sentido el fuerte incremento de permisos concedidos a
ciudadanos de la RDA para viajar a Occidente. El jefe de Estado de Alemania
Oriental mostró su satisfacción por la anunciada decisión del Gobierno federal
de renunciar a los 72 misiles Pershing 1-A, que se habían convertido en un
obstáculo para las negociaciones sobre misiles de medio alcance, y se declaró
partidario de afrontar de inmediato la reducción y eliminación de otros tipos
de armamento, tanto convencional y químico como nuclear. Abogó asimismo por la
creación de un corredor libre de armas químicas y nucleares y la baja
concentración de fuerzas convencionales en Centroeuropa como primer paso hacia
un sistema de seguridad y paz en "la casa común europea".
Derechos humanos
Kohl, por su parte, puso especial énfasis en el respeto a
los derechos humanos como condición imprescindible para la existencia de una
paz auténtica. "La paz comienza con el respeto pleno de la dignidad
humana". Solicitó un aumento de los contactos humanos entre los ciudadanos
de los dos Estados alemanes, como el intercambio de jóvenes, hermanamiento de
ciudades, facilidades para viajes de contactos familiares y de tránsito hacia
Berlín a través del territorio de la RDA.
Por la tarde, Honecker y Kohl mantuvieron una larga
entrevista a solas en la cancillería. En una cena en honor del invitado Kohl
reiteró después que la RFA no renunciará al objetivo de la reunificación,
"que sin duda añoran los alemanes. La superación de la división no está,
sin embargo, en la agenda de actualidad de la historia".
Honecker propuso al Gobierno federal el establecimiento de
contactos regulares sobre desarme a mantener por los ministros de Asuntos
Exteriores. Consideró muy importante y satisfactorio que los dos Estados
coincidieran en sus esperanzas en un pronto acuerdo para la eliminación de los
misiles INF.
A mediodía Honecker había sido recibido por el presidente de
la República, Richard von Weizsaecker, con quien se entrevistó durante más de
una hora. A continuación almorzaron juntos en la residencia presidencial, hecho
que reafirmó el carácter de visita de Estado que, sin reconocerlo, se le ha
dado a la estancia de Honecker en Bonn. Von Weizsaecker destacó la responsabilidad
histórica de todos los alemanes en mantener la paz en Europa y superar las
heridas y los traumas de la II Guerra Mundial. Honecker expresó su voluntad de
avanzar por la vía del desarme y el diálogo en bien de los dos Estados
alemanes, de Europa y del mundo, pero advirtió que esto sólo es posible si se
mantienen relaciones de "normalidad" entre los Estados, lo que supone
el reconocimiento mutuo de la soberanía.
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