Por HERMANN TERTSCH
El País, Bonn,
22.08.87
La familia de Rudolf Hess, el ex lugarteniente de Adolf
Hitler que murió el pasado lunes tras permanecer 41 años encarcelado en la
prisión de Spandau, en Berlín, hizo ayer que un médico alemán realizara una
nueva autopsia al cadáver. Es éste un nuevo paso de la familia de Hess en su
estrategia de descalificar la versión oficial del suicidio del último de los
principales criminales de guerra nazi y alimentar la confusión y el misterio en
torno al caso.
La autopsia fue realizada en Múnich, adonde fue transportado
en secreto el cadáver, que la familia ha decidido mantener oculto hasta el día
de su entierro en el cementerio de la pequeña localidad bávara de Wunsiedel.
Fue realizada por un médico alemán cuyo nombre no ha sido revelado y solo se ha
informado que "fueron detectados puntos de presión en el cuello".
Este extremo coincide con los resultados de la autopsia oficial hecha por un
médico británico asistido por forenses de las otras tres potencias vencedoras
(EEUU, URSS y Francia). Con anterioridad, el cadáver había sido trasladado al
cementerio de la localidad bávara de Fürth (ciudad en la que nació Henry
Kissinger), cuyo alcalde se negó en redondo a que le fuera allí practicada la
autopsia, como era la intención de la familia. Según la versión oficial, Hess
murió el lunes a las 16.10 en el Hospital Militar Británico, tras haber sido
encontrado a las 15.45 en una cabaña en el patio de la cárcel con un cable eléctrico
en torno al cuello. En un bolsillo de su pantalón se encontró una carta de
despedida dirigida a su familia de la que se desprende su intención de quitarse
la vida. "Querida Ilse [su viuda], escribo estas líneas poco antes de mi
muerte. Gracias por todo lo que habéis hecho por mí y lo que habéis intentado
en mi favor", reza el único párrafo de la misiva que hasta ahora se
conoce.
Según pasan los días, y los esfuerzos de la familia por
mantener a Hess en plena actualidad pública surten efecto, aumenta la
preocupación de la policía federal alemana ante la posibilidad de desórdenes y
atentados coincidiendo con el sepelio de Hess que, según se dijo ayer, será el
martes. Ayer ya se produjeron pequeños atentados en Baviera contra intereses
norteamericanos, según se informó en fuentes oficiales.
En Wunsiedel han comenzado a concentrarse nazis llegados de
todos los puntos de la RFA y Austria. El partido neonazi (NPD) ha anunciado que
participará en el entierro "de forma digna", lo que se interpreta
como una llamada al orden a sus militantes.
Atentado frustrado
La policía logró ayer evitar el primer atentado de
importancia planeado por neonazis. Dos jóvenes de 18 y 19 años, ambos miembros
de la organización nazi Juventud Vikinga, fueron detenidos cuando acudían a retirar
una bomba que no había explotado como preveían durante la noche del jueves en
la estación central de Frankfurt. Las cuatro potencias aliadas han enviado
miembros de sus servicios secretos a Berlín para que elaboren un informe
pormenorizado de lo ocurrido el día de la muerte de Hess, el pasado lunes, en
la cárcel de Spandau. Con esta medida, se quiere hacer frente a los efectos
negativos de la política informativa británica tras el suicidio de Hess,
ocultado en un principio a la opinión pública, y a los reiterados intentos de
la familia de dotar de un halo de misterio toda la historia.
Su abogado, que ya le defendió ante el tribunal militar de
Nuremberg, Alfred Seidl, insistió ayer en el carácter "misterioso" de
la muerte y la carta de despedida de cuya autenticidad dudan tanto él como el
hijo del criminal de guerra. Según Seidl, hasta que vea el original no creerá
la versión oficial. "Esa carta puede tener diez años", señaló. El
abogado manifestó ayer que, además, quiere ver la cabaña donde Hess fue hallado
agonizante y el cable que tenía alrededor del cuello.
Mientras, crece en la RFA la indignación ante el tratamiento
que la familia está dando al caso, que parece claramente destinado a crear una
leyenda negra en torno a la muerte de Hess y un culto a su persona. El
diario Bild publicó ayer una foto a media página del cadáver
amortajado de Hess que solo le han podido suministrar miembros de la familia. En
sus páginas interiores, ha comenzado una serie sobre Hess, en la que éste es
presentado como una víctima, y el antisovietismo llega a extremos tan grotescos
como asegurar que los guardianes rusos torturaban a Hess dándole de comer
arenques en vinagre para agudizar la úlcera de duodeno del prisionero.
La foto del muerto, bajo la cual aparece una joven con los
senos al aire, ha sido publicada cuando aún no habían transcurrido 24 horas de
la entrega del cadáver a la familia por parte de las fuerzas aliadas. El diario
sensacionalista pertenece a la editorial Springer, con la que el hijo ha
firmado un contrato en exclusiva para narrar los pormenores de la vida y muerte
de su padre.
Ayer, el diario Express de Colonia se hizo eco de
esta indignación, compartida por muchos alemanes, y anunció que no publicará
una línea más sobre Hess.
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