Por HERMANN TERTSCH
El País, Bonn,
21.08.87
El cadáver de Rudolf Hess, el lugarteniente de Adolf Hitler,
que se suicidó el pasado lunes tras pasar 41 años encarcelado en la prisión
berlinesa de Spandau, fue entregado ayer a su familia en el aeropuerto militar
norteamericano de Grafenwoehr, en Baviera. Inmediatamente después fue
trasladado a un lugar que se mantiene en secreto, donde permanecerá hasta su
sepelio en el cementerio de la cercana localidad de Wunsiedel, probablemente el
lunes próximo.
Tanto Wolf-Rüdiger Hess, el único hijo del muerto, como el
que fuera su abogado desde el juicio de Nuremberg en 1946, Alfred Seidl, han
insistido en sus dudas sobre la veracidad de la versión oficial del suicidio y
han sugerido responsabilidades ajenas en la muerte del anciano nazi. Ni la
carta de despedida ni la autopsia que determinó la muerte de Hess por asfixia,
provocada por el cable eléctrico que se ató en torno al cuello, les han hecho
abandonar sus sospechas. La actitud de ambos ha merecido duras críticas de los
medios de comunicación alemanes. En Wunsiedel, una pequeña ciudad de 10.000
habitantes, esperaron inútilmente a la ambulancia con el cadáver decenas de
periodistas y los primeros nazis simpatizantes de Hess, llegados de diferentes
puntos de la República Federal de Alemania (RFA) y Austria. La policía alemana
se halla en estado de alerta ante la posibilidad de que tanto durante el fin de
semana como en la fecha del entierro se produzcan manifestaciones en diversas
ciudades y atentados neonazis contra las fuerzas armadas de las potencias
aliadas. La policía cuenta también con la llegada de grupos de viejos ex
combatientes nazis y jóvenes neonazis a la ceremonia del entierro.
"Venganza por Hess"
En Múnich, grupos de desconocidos distribuyeron ayer
panfletos en los que pedían "venganza por Hess", y en diversas
ciudades las paredes de edificios institucionales y bancos aparecieron con nuevas pintadas de solidaridad con el criminal de guerra. En Berlín, ante la
cárcel de Spandau, se mantuvo, como en días anteriores, una guardia de varias
decenas de militantes de extrema derecha que profirió gritos contra la policía
y la presencia militar norteamericana, entonó cánticos nazis, como el
himno de Horst Wessel, y elogió al "patriota Hess" ante las
cámaras de televisión de todo el mundo.
El cadáver de Hess había salido a primera hora de la mañana
del hospital militar británico en Berlín, donde el lunes, a las 16.10, se
certificó su muerte. En una ambulancia escoltada por otros 14 vehículos de la
policía y las fuerzas aliadas fue transportado al aeropuerto británico de
Gatow, en Berlín Oeste. Los semáforos habían sido desconectados, y varias
calles, cerradas al tráfico para que el convoy pudiera realizar el trayecto con
rapidez y sin detenciones.
Desde allí partió en un cuatrimotor Hércules de las fuerzas
aéreas británicas hacia el aeropuerto norteamericano de Grafenwoehr, donde a
mediodía fue entregado a la familia.
Los trámites legales para el entierro, iniciados ayer por el
hijo del solitario de Spandau, llevarán varios días, por lo que el
entierro no podrá realizarse antes del próximo lunes, según fuentes de la
policía local.
Ante el panteón familiar de los Hess, donde se hallan
sepultados los padres del que fuera lugarteniente de Hitler y su hermano
Alfred, unas mujeres depositaron ayer una corona dedicada a "Rudolf
Hess in memoriam" por "una berlinesa".
En Wunsiedel, donde la familia de Hess residió desde finales
del siglo XVIII y el lugarteniente de Hitler solía pasar largas temporadas
desde 1920 hasta comienzos de la guerra, la noticia de que éste será enterrado
allí no ha despertado satisfacción alguna.
El alcalde, Karl Walter, no se opuso, "ya que toda
persona tiene derecho a un entierro y una tumba, independientemente de su
culpabilidad en vida". Walter teme, sin embargo, que la idílica ciudad,
conocida como lugar de nacimiento del poeta Jean Paul, uno de los grandes
líricos del romanticismo alemán, pase a convertirse en un santuario de
peregrinaciones neonazis en honor de un hijo de la villa con mucha peor
reputación que el citado literato.
Ciudadano de honor
Hess fue nombrado ciudadano de honor de Wunsiedel en 1933
cuando el partido nazi accedió al poder. En 1948, este honor le fue retirado.
En Wunsiedel hay una calle que lleva el nombre de Hess. Está dedicada a un
médico, lejano pariente del jerarca nazi. [La Unión Soviética avala la versión
de la muerte por suicidio de Hess, según se desprende de las declaraciones
hechas ayer por el portavoz oficial del Ministerio soviético de Asuntos
Exteriores, Guenadi Guerasimov, informa France Presse. En una comparecencia
ante los medios de comunicación, Guerasimov informó del suceso empleando los
mismos términos que el comunicado publicado en la tarde del miércoles por el
gobierno militar británico, en nombre de las cuatro potencias aliadas, encargadas
de la administración de Berlín.
Por otra parte, unos 40 neonazis austriacos se manifestaron
en la noche del miércoles, portando banderas, ante la Embajada del Reino Unido
en Viena para exigir "venganza por Rudolf Hess" y acusar al Reino
Unido de haber "asesinado" al delfín de Adolf Hitler.
Un hombre que llevaba encima una pistola fue detenido por las fuerzas de seguridad al término de la manifestación, rápidamente dispersada
por un centenar de policías.]
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