Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Wunsiedel
El País Lunes,
24.08.87
La policía alemana tomó ayer la pequeña localidad bávara de
Wunsiedel para evitar nuevas manifestaciones neonazis en honor de Rudolf Hess,
ex lugarteniente de Hitler que se suicidó el pasado lunes en la cárcel de
Spandau. Efectivos policiales provenientes de diversas partes de Baviera,
ayudados por la Guardia Fronteriza, controlaron estrictamente desde la noche
del sábado todos los accesos a la ciudad.
La tensión aumentó al conocerse informes de los servicios
secretos sobre la inminente llegada a Wunsiedel de grandes grupos de skinheads (cabezas
rapadas) y neonazis. Un helicóptero sobrevoló continuamente la pequeña población,
cuyos cerca de 10.000 habitantes asisten atónitos al espectáculo aquí insólito
del amplio despliegue policial. El sábado, pese a la fuerte presencia de
policías de uniforme y de paisano, un grupo de más de medio centenar de
neonazis logró manifestarse en el interior del cementerio donde será enterrado
el último superviviente de los criminales de guerra condenados por el tribunal
militar de Nüremberg. A raíz de esta concentración, en la que los jóvenes
neonazis desplegaron banderas con cruces gamadas y profirieron gritos pidiendo
venganza por el "asesinato de Rudolf Hess", la policía detuvo a 54
personas en Wunsiedel y confiscó diversas armas blancas.
También en las ciudades cercanas de Bamberg y Nagen fueron
detenidas varias decenas de manifestantes neonazis. El cementerio se halla
vigilado por las fuerzas policiales, que impiden la entrada en el recinto a
toda persona ajena al pueblo.
Pese a ello, ayer llegaron durante todo el día alemanes de
las generaciones combatientes de la II Guerra Mundial. Muchos de ellos lograron
entrar en el cementerio asegurando que iban a visitar tumbas de familiares, y a
continuación se dejaron fotografiar en la entrada portando símbolos militares
nazis. En la madrugada del domingo fueron detenidos cinco skinheads en
el casco urbano del pueblo, en el que la policía ha decretado una prohibición
total de reuniones al aire libre.
El jefe del mando policial extraordinario creado en
Wunsiedel para hacer frente a las actividades neonazis ante el entierro de
Hess, Martin Oester, advirtió ayer que todo sospechoso de querer manifestarse
en Wunsiedel será detenido durante 24 horas y puesto a disposición judicial.
Los reincidentes antes del miércoles, día del entierro, podrían ingresar en
prisión. De los más de 80 detenidos el sábado, 24 permanecían ayer en las
dependencias policiales a disposición del juez. La mayoría de los detenidos
procede del norte de la RFA.
Hasta ayer sólo había sido detenido un extranjero, holandés,
pero se espera que pronto lleguen los primeros neonazis de otros países,
especialmente de Holanda, Reino Unido e Italia.
Plan coordinado
Oester señaló que las manifestaciones de los jóvenes
neonazis están bien preparadas y coordinadas de antemano, por lo que se
sospecha que sigan un plan elaborado por un mando central. Por otra parte, la
policía es consciente de que un número indeterminado de neonazis y ex
combatientes hitlerianos se halla ya en Wunsiedel y sus entornos y se mantienen
ocultos a la espera del día del sepelio. Fuerzas del orden acudieron en la
madrugada del domingo a todos los hoteles y pensiones para identificar a los
huéspedes. Tres días antes del entierro de Hess se ha sabido que éste quería
que en la ceremonia se interpretaran fragmentos del Ocaso de los dioses,
de Richard Wagner, y el himno alemán con todas sus estrofas, una de ellas
declarada anticonstitucional.
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