Por HERMANN TERTSCH
El País, Berlín,
26.04.99
GUERRA EN YUGOSLAVIA. POLÍTICA Y DIPLOMACIA
La intervención contra Serbia tiene como objetivo cada vez
más claro el derrocamiento del régimen de Slobodan Milosevic, pero empieza a
ser posible que el primer Gobierno en caer a causa de las bombas no sea el
serbio sino el alemán. El próximo día 13 de mayo celebran su congreso Los
Verdes, socio de coalición del SPD del canciller Gerhard Schröder. Nada indica
que para entonces hayan cesado los bombardeos. Y su líder y ministro de Asuntos
Exteriores se las verá y deseará para convencer a las bases de que la
intervención es justa y necesaria. Las mieles del poder han podido tranquilizar
hasta ahora a unos verdes que en su mayoría no comparten la determinación de
Joschka Fischer de acabar militarmente con la limpieza étnica y el genocidio de
las fuerzas de Milosevic. Pero según pasan los días, son muchos los que vuelven
su ira más contra la OTAN que contra el líder serbio.
Altmann, una secretaria de Estado del Ministerio de Medio
Ambiente, dirigido por el también verde Jürgen Trittin, ya ha iniciado una
acción entre las bases para condenar la intervención. Y el propio Trittin, un
rival de Fischer que se considera más radical, también lanza señales confusas.
Todo indica que quiere condenar la intervención pero mantenerse en el Gobierno.
El canciller Schröder ya ha dejado claro que aquellos miembros del Gobierno,
secretarios de Estado incluidos, que no apoyen la política del Gabinete tienen
la muy consecuente opción de abandonarlo. Pero al margen de las opciones
personales, una condena de la participación alemana por parte del Congreso del
13 de mayo dejaría a Fischer y a la dirección sin mandato para continuar la
política de Gobierno. Los Verdes habrían de retirarse de la coalición y el SPD
quedaría en minoría. El sueño rojiverde habría sido efímero.
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