Por HERMANN TERTSCH
El País Viernes,
05.06.98
TRIBUNA
La guerra en Kosovo es desde hace diez años -desde la
llegada de Slobodan Milosevic al poder en Belgrado- una probabilidad con visos
de certeza. La única forma efectiva de haber impedido que se consumara esta
amenaza pasaba por la neutralización del líder serbio, máximo responsable de
toda la trágica catarata de acontecimientos habidos en los Balcanes en la
última década. No se quiso o no se pudo. Da lo mismo, porque hoy ya es tarde.
La guerra ha estallado. Miles de kosovares han huido en los últimos días hacia
Albania ante la ofensiva militar serbia. El número aumenta por horas. Son la
avanzadilla de lo que puede ser un nuevo flujo masivo de refugiados con todas
las tragedias que implica. Son, en definitiva, las nuevas víctimas de la nueva
limpieza étnica. Milosevic la aplica ahora en un escenario que siempre le fue
prioritario. Solo quien ignore todo de los Balcanes puede creer que Milosevic
habría arriesgado tanto en Bosnia o Croacia para aceptar después en el interior
de Serbia una población albanesa en continua expansión demográfica. Corregir
por las armas la demografía de Kosovo siempre ha estado en lo más alto de su
agenda.
Milosevic ha fracasado en todos sus empeños expansionistas.
Su guerra en pro de la hegemonía étnica en los Balcanes comenzó hace diez años
cuando exigió sumisión o guerra a las demás repúblicas entonces yugoslavas.
Estas recogieron el guante. Y la guerra no llevó a Serbia a las glorias
prometidas sino a cotas de miseria, aislamiento y vergüenza desconocidas para
los serbios desde su derrota ante los turcos, en Kosovo, el 28 de junio, Día de
San Vito, de 1389. Kosovo será presumiblemente la última aventura de Milosevic
como lo fue entonces para el Zar Lazar. Falta saber cuanto dolor y cuantos
muertos costará este último episodio de su sangrienta aventura. Al final es
probable que los serbios pierdan Kosovo para siempre. Como perdieron zonas de
Croacia y Bosnia que habían habitado desde hace siglos. Gracias a su
aventurero. La historia serbia calificará pronto a Milosevic como una de las
peores desgracias de su historia.
Las fuerzas serbias están ejecutando a población civil en
represalia por acciones armadas albanesas. Los pueblos fronterizos están siendo
bombardeados y arrasados para impedir el retorno de la población. Albania está
alarmada. Con razón. Porque sabe que no podrá soportar la llegada masiva de
refugiados sin ver amenazada su precaria estabilidad propia.
La Comunidad Internacional y ante todo la OTAN tienen que
modificar urgentemente sus objetivos en la región. No se trata ya de evitar la
guerra sino de pararla lo antes posible. Hay que impedir a toda costa que
esta guerra acabe con la estabilidad en los Balcanes meridionales y hunda en
una orgía de sangre a todos los pueblos de la región. Por eso, las maniobras
militares anunciadas por la OTAN hace unos días para agosto en Albania y
septiembre en Macedonia llegarían tarde. Es necesario reforzar a los ejércitos
de Albania y Macedonia de inmediato con material y asesores. Y anunciar a
Serbia una nueva ofensiva de represalias si no suspende de inmediato las
operaciones militares en curso. Es de esperar que esta vez las medidas no
lleguen cuando los muertos se cuenten en decenas de miles, que podría ser muy
pronto.
Milosevic ha tenido valedores dentro y fuera de Serbia. Unos
decían que era defensor de la unidad yugoslava cuando fue su peor enemigo.
Otros tenían motivos menos nobles. Ha habido ineptitud, complicidad, cobardía y
desprecio hacia sus víctimas. Quizás ahora que hasta Montenegro se niega a
formar parte de una Yugoslavia en la que Milosevic «no quiere socios sino
criados» -según el presidente montenegrino- en Occidente se entienda que no hay
paz posible en los Balcanes con este caudillo serbio al que tanto han
agasajado.
La desnazificación de Serbia y el juicio a Milosevic serán
necesarios en su momento para impulsar la convivencia democrática en la región.
Los propios serbios acabarán exigiendo en su momento que así sea. Ahora se
requieren medidas inmediatas para evitar que la última aventura de Milosevic
cause aún más muerte y destrucción que las precedentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario