Por HERMANN TERTSCH
El País Martes,
12.10.99
Nadie lo ha dicho aún explícitamente, pero al final de la
Feria del Libro de Francfort está ya garantizada una nueva polémica sobre la
historia alemana. Y parece fácil adivinar que se encontrarán en la misma los
dos grandes de la literatura alemana, Günter Grass, flamante premio Nobel y ya
universalmente reconocido padre de las letras alemanas de la segunda mitad del
siglo, y su colega en el legendario Grupo del 47, gran literato y sin embargo
hoy su máximo y favorito rival como polemista, Martin Walser. Pero será otro
quien abra el debate, un hombre de no menor entidad intelectual y peso moral,
que es el historiador Fritz Stern, hoy norteamericano, huido de Alemania por su
origen judío en 1933. El próximo domingo recibirá en la Paulskirche, la iglesia
más simbólica para la historia alemana, el Premio de la Paz, que entrega la
Asociación de Libreros Alemanes en la clausura de la feria. Es el premio que el
pasado año recibió Walser y que agradeció con un discurso que abrió viejas y
profundas heridas en muchos, Grass entre ellos. Walser vino a pedir el final
del luto por el nazismo y a reivindicar el hastío de muchos alemanes por la
perpetuación del mismo. Nadie duda de que Stern, autor de una magnífica
biografía de Bismarck y gran conocedor del alma alemana, hablará de lo que sabe
y, por tanto, responderá a Walser y a todos los que, desde dicho hastío de la
memoria o desde lo que llama "una escuela posmoderna" de equiparación
de valores, intentan dar visos de normalidad o trivialidad al horror del
pasado. Con Grass, Walser, ahora Stern o hace unos años Jorge Semprún con la
memoria también por protagonista, la Paulskirche vuelve todos los años a ser el
foro de la gran meditación en voz alta sobre la culpa, el pasado, Alemania y
Europa.
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