jueves, 27 de abril de 2017

NAZIS POR CONVICCIÓN, NAZIS POR RESENTIMIENTO

Por HERMANN TERTSCH
El País  Viernes, 25.09.98

ELECCIONES EN ALEMANIA

Mucho se habla del resurgimiento nazi en Alemania. La razón está, sin duda, en el pasado mucho más que en el presente. Cuando en algunas ciudades de Francia o Italia la extrema derecha consigue resultados electorales espectaculares se explica como un voto de protesta contra los partidos tradicionales. Cuando en Alemania consiguen más del 2% se evoca el fantasma de las SA desfilando bajo la Puerta de Brandeburgo y se habla del resurgir de la peste parda en el alma del alemán medio. Pero no se puede pedir rigor científico al miedo. Los esfuerzos de las generaciones alemanas de la posguerra por educar a sus hijos en la conciencia y memoria del pasado no tienen precedentes en el mundo. Cierto que de ningún otro país partió una oleada de crímenes semejantes. Pero también lo es que la inmensa mayoría de los Estados, incluidas las democracias, tienden a ocultar o incluso glorificar como gestas patrióticas las matanzas cometidas contra otros pueblos.
En la RFA, los nazis han sido hasta la reunificación un grupúsculo insignificante de marginados sociales apoyados por algunos ancianos irredentos. Su arraigo social e influencia eran nulas y su última presencia en el Parlamento se remonta a la década de los sesenta. Pero la unificación ha trastocado todo.

Los alemanes orientales, educados en un régimen autoritario, no recibieron una formación de rechazo al nazismo desde un espíritu liberal. La RDA era antifascista por decreto. Lanzados de repente a la libertad política individual y despojados de la protección y el dictado del régimen comunista muchos alemanes orientales, especialmente los jóvenes en las zonas más deprimidas, se sienten desorientados y buscan desesperadamente líderes y un nuevo espíritu de comunidad que los acoja. Son nazis por resentimiento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario