Por HERMANN TERTSCH
El País, Berlín,
23.04.99
GUERRA EN YUGOSLAVIA. CUMBRE DE WASHINGTON
El pasado día 12 de marzo cumplieron un sueño de la inmensa
mayoría de sus poblaciones y clases políticas y apenas dos semanas más tarde
estaban en guerra con un país con el que compartieron durante medio siglo, al
menos parcialmente, la ideología. Son Polonia, Hungría y la República Checa,
tres Estados para los que, durante toda la década de los noventa, el deseo de
ingresar en la OTAN ha sido una obsesión, muy lógica si se recuerda el pasado
de todos ellos. Países centroeuropeos, culturalmente vinculados durante muchos
siglos a Occidente, fueron asaltados en la II Guerra Mundial por los nazis, y
cuando éstos eran derrotados en 1945 y en el Oeste se celebraba el
resurgimiento de la democracia y la libertad, ellos quedaban secuestrados por
la otra gran dictadura, la comunista, y durante nada menos que cuatro décadas.
Siempre, desde la cumbre de Yalta, en la que los triunfadores sobre Hitler se
repartieron Europa, estos países se sintieron traicionados por Occidente.
Finalmente, hace poco más de un mes, se formalizó su ingreso como miembros de
pleno derecho en la alianza militar que defiende unos valores comunes. Pero,
además, Varsovia, Praga y Budapest ven su integración en la OTAN como una
garantía de seguridad y defensa común ante lo que podrían llamarse los giros y
sorpresas de la historia. Los tres han sufrido mucho por su proximidad a dos
potencias, Alemania y Rusia, cuyo apetito territorial y de hegemonía regional
ha sido insaciable en muchas ocasiones a lo largo de su historia.
Las graves incógnitas que surgen de la evolución de Rusia
desde la disolución de la URSS y la convicción de que el fin de la guerra fría,
como los Balcanes tan dramáticamente demuestran, no supone, ni mucho menos, la
armonía generalizada, sino mucho más probablemente la proliferación de
conflictos regionales y étnicos, son razones que explican muy bien la ansiedad
de los tres de integrarse en la Alianza. Ahora ya están dentro, pero mucho
antes de poder acostumbrarse a las ventajas de estar en la organización militar
tienen que empezar a cumplir sus obligaciones.
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