Por HERMANN TERTSCH
El País, Zagreb,
17.08.91
El Ejército federal y la guerrilla serbia lanzaron ayer un
ataque sobre la ciudad croata de Okucani, eje estratégico de comunicaciones
entre Zagreb, la región de Eslavonia y las zonas de la República de
Bosnia-Herzegovina habitadas por croatas. Tras el ataque, los serbios
mantuvieron fuertes combates con las fuerzas policiales croatas y la Guardia
Nacional. Durante todo el día, los movimientos de tropas por toda Croacia y
Bosnia occidental fueron intensos, y en Banija, tanto croatas como serbios
hacían preparativos para una batalla abierta. Los incidentes armados
proliferaron en todas las regiones conflictivas, en una clara escalada respecto
a días anteriores.
No se disponía anoche de información fidedigna sobre el
número de bajas, pero se supo que el Ejército y la guerrilla serbia habían
hecho fuego con artillería, morteros y carros de combate en torno a Okucani.
Las posibilidades de las fuerzas croatas de defender esta franja territorial
que separa Eslavonia de Banija eran prácticamente nulas debido a la implicación
del Ejército. Un helicóptero de la comisión de observadores de la Comunidad
Europea (CE) fue tiroteado desde el suelo, al parecer por fuerzas serbias. El
helicóptero, con dos observadores internacionales -un italiano y un
luxemburgués- y dos tripulantes holandeses, volaba sobre la ciudad de Novska
cuando fue blanco de varios disparos y se vio obligado a aterrizar. No se
produjeron heridos pero el portavoz de la comisión de la CE, Marco Hennis, no
ocultó su profunda indignación por este primer ataque contra los observadores
extranjeros.
[La presidencia holandesa de la CE, a través de su embajador
en Belgrado, Jan Fietelaars, exigió a todas las partes yugoslavas enfrentadas
en la zona que aclaren el ametrallamiento del helicóptero, calificado de
"serio incidente". El Gobierno de La Haya ha recordado a los
yugoslavos "que hay acuerdos sobre las garantías de seguridad de los
miembros de la misión comunitaria", informa Efe].
Grupos de la guerrilla serbia habían advertido con
anterioridad que considerarían como enemiga la presencia en las regiones en
crisis de observadores o fuerzas pacificadoras procedentes de Europa. Aviones
de las fuerzas aéreas federales sobrevolaron ayer la región de Novska a muy
baja altura, sin que se tuvieran noticias de que hicieran fuego o bombardearan
objetivos.
El presidente croata, Franjo Tudjman, prosiguió sus
frenéticos esfuerzos diplomáticos por involucrar a Occidente en la crisis e
impedir una catástrofe militar, tras la cual Croacia tendría que negociar con
casi la mitad de su territorio ocupado por fuerzas serbias. Ayer se entrevistó
con Henri Wijnaendts, embajador de Holanda en Francia y uno de los 50
observadores llegados ya a Yugoslavia para buscar nuevas fórmulas de presión
masiva sobre Serbia.
Intercambio de prisioneros
La Comisión Estatal para el alto el fuego, por su parte,
logró que a última hora del jueves se intercambiaran 77 prisioneros (43 serbios
y 34 croatas). Hasta el momento se han intercambiado más de 220 personas. Sin
embargo, la comisión no consiguió desbloquear las objeciones de las autoridades
croatas para que observadores neutrales yugoslavos vigilen el precario alto el
fuego en la región.
La operación de conquista de Okucani parecía confirmar los
augurios de las autoridades de ambos bandos de un recrudecimiento de los
combates en Croacia después de 10 días de alto el fuego parcialmente respetado.
Las fuerzas serbias parecían haber logrado el control de Novska a media tarde
de ayer.
Esta ciudad, si bien mayor por población, no tiene la
importancia de Okucani, que es el nudo de comunicaciones entre Eslavonia
occidental, la autopista Zagreb-Belgrado y Krajina Bosnia, donde desde hace
días se percibía un fuerte aumento de los contingentes militares del Ejército
federal y los reservistas serbios movilizados por su alto mando.
La ofensiva contra Okucani es un nuevo paso hacia la
ocupación por el Ejército federal y la milicia serbia de todas las regiones
croatas con población serbia, mayoritaria o minoritaria. Esta ofensiva podría
culminar con la conexión territorial de Krajina y Banija -ya bajo firme control
del Ejército y las fuerzas serbias- con la Eslavonia oriental.
Hace tres días, las fuerzas rebeldes serbias en la región de
Eslavonia, organizadas en la llamada Asamblea General del Pueblo Serbio en
Eslavonia Occidental, proclamaron la "Provincia Autónoma Serbia de
Eslavonia Occidental" y declararon su decisión de integrarla en la
Provincia Autónoma de Krajina. Para esta integración, aprobada por la República
de Serbia, se necesita el contacto territorial que, con el ataque de ayer, el
Ejército federal se dispone a lograr.
LA 'PEQUEÑA YUGOSLAVIA'
La tregua, mantenida a duras penas y en la que pocos de los
contendientes creían, parecía ayer definitivamente rota con un nuevo ataque,
estratégicamente consecuente y militarmente lógico, contra una ciudad clave,
Okucani, tanto para la conexión de Zagreb con sus fuerzas combatientes en
Eslavonia como para el Ejército y las guerrillas serbias, que ya forman
abiertamente una única fuerza. Atrás han quedado los tiempos en que el Ejército
federal intentaba presentarse ante la opinión pública interna e internacional
como una fuerza neutral que hacía de colchón entre las fuerzas militares y
étnicas enfrentadas.
Las fuerzas de la reserva de la defensa territorial y del
Ejército que combaten junto a la guerrilla de Krajina en esta región llevan un
nuevo distintivo con la bandera serbia y dos espadas, que los identifica como
"reservistas de Krajina".
Los reservistas son exclusivamente serbios y montenegrinos,
en gran medida voluntarios, identificados plenamente con la guerrilla serbia,
que quiere arrancar a Croacia grandes partes de su territorio e integrarse en
la Gran Serbia o la Pequeña Yugoslavia. Ese eufemismo fue inventado
por el presidente serbio, Slobodan Milosevic, para no utilizar el primero de
los términos, con mucho lastre negativo en la historia.
Cruces rojas
En Zagreb, los tejados de los hospitales están siendo
pintados con grandes cruces rojas con la esperanza de que los aviones, en
futuros bombardeos, respeten estos edificios.
El fin de semana, que comenzó ayer con la nueva ofensiva,
amenaza con ser, como muchos de los pasados, sangriento. Difiere de los
anteriores en que Zagreb está prácticamente desarmado frente a un Ejército que
ha sido armado y financiado ante todo por las dos repúblicas septentrionales.
Una de ellas, Eslovenia, salió medianamente bien parada del ataque que sufrió.
Parece imposible que Croacia pueda tener tanta suerte.
Los líderes federales quieren convertir el alto el fuego en
una paz que facilite el camino para establecer conversaciones políticas sobre
el futuro del Estado balcánico de 23,5 millones de habitantes, pero sus
esfuerzos parecen cada día más vanos. El conflicto ha lanzado a las dos grandes
repúblicas del Estado, Serbia y Croacia, una contra el cuello de la otra.
Croacia quiere la independencia. Serbia quiere perpetuar su poder.
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