Por HERMANN TERTSCH / AGENCIAS
El País, Belgrado /
Zagreb, 12.08.91
Serbia y Croacia intercambiaron ayer, en
territorio croata, 20 prisioneros (10 por cada una de las repúblicas) que habían
sido capturados durante los combates de las últimas semanas en Yugoslavia,
mientras tres muertos más, uno de ellos un informador, demostraban durante el
fin de semana la fragilidad de una tregua que, pese a todo, entraba en su
quinto día. Cuatro muertos en total es el balance de los incidentes ocurridos
desde que entró en vigor.
La televisión de Belgrado informó que los prisioneros fueron
canjeados entre las ciudades de Djakovo y Osijek, en Eslavonia (al oeste de
Croacia). El sábado por la noche, la Policía croata liberó a tres reservistas
del Ejército federal a cambio de dos miembros de la Guardia Nacional de esa
república secesionista. La agencia Tanjug anunció que hoy serían intercambiados
otros 70 prisioneros. Según la radio croata, un habitante del pueblo de
Hrastovica, al sureste de la capital de esa república, Zagreb, fue víctima del
fuego de mortero procedente de "terroristas", en referencia a los
guerrilleros serbios. La segunda víctima fue un camarógrafo de la televisión
croata. Tras resultar herido por un francotirador y alcanzado por la metralla
de una granada de mortero en los alrededores de Kostajnica, en la región de
Banija, a unos 60 kilómetros de Zagreb, el informador no pudo ser evacuado de
inmediato al no permitir el Ejército federal el aterrizaje de un helicóptero.
Cuando llegó al hospital, ya era tarde. Murió a los pocos minutos.
La tercera víctima fue un policía croata, a quien dispararon
mientras patrullaba entre los pueblos de Humliani y Pusani, en el este de
Croacia. Los choques esporádicos eran uno de los principales obstáculos para
iniciar el intercambio de prisioneros.
Durante toda la noche, en torno a Osijek y Vinkovci, el
fuego de mortero y el intercambio de disparos era constante, aunque no se tenía
noticias de que se hubieran producido nuevas víctimas.
Representantes de los dos bandos se habían puesto de acuerdo
para efectuar el nuevo intercambio que se concretó ayer. En las negociaciones
del sábado por la noche se decidió igualmente seguir trabajando hasta la
liberación de la totalidad de los capturados en las últimas semanas. Se cree
que Croacia, cuyas milicias, insuficientemente armadas, parecen llevar las de
perder en el conflicto, tiene en su poder a unos 60 serbios. El enemigo, al que
apoya pasiva y activamente el Ejército federal, retiene al menos a un número
doble de croatas. Sin embargo, el ministro croata de Justicia, Bosiljko
Misetic, considera que hay varios centenares de prisioneros.
Funcionarios croatas declararon ayer que confían en que el
intercambio de prisioneros abra paso a una solución de la crisis, que ya se ha
cobrado al menos 200 vidas. Sin embargo, en las regiones recorridas por
periodistas extranjeros no había ninguna indicación de que serbios y croatas
estuvieran dispuestos a abandonar sus actuales posiciones. En la región de
Vinkovci, por ejemplo, ambas partes admitían ayer abiertamente que emplean
estas jornadas de tregua para preparar ataques en el próximo futuro. En la
cercana Mirkovci, serbios y croatas se vigilan a través de troneras desde posiciones
de combate separadas por apenas un centenar de metros.
Los dirigentes serbios aseguran que las zonas que controlan
nunca volverán a estar bajo control croata y el alcalde de Mirkovci, Tihomir
Zolak, insiste en que nunca renunciarán a recuperar el territorio perdido.
"Nunca aceptaremos discutir sobre si esta tierra es croata", precisó.
Entretanto, el jefe de las unidades del Ejército federal en
la zona dejaba claras sus simpatías serbias. "Sólo dejaremos entrar a
quienes no hayan atacado a nuestro pueblo", dijo.
Clima antialemán
Por otra parte, el clima antialemán en Serbia se dispara por
momentos. Si, desde hace semanas, los medios serbios acusan al Gobierno alemán
y al austriaco de propugnar la creación de un cuarto Reich con su
política a favor de los secesionistas de Croacia y Eslovenia, el sábado el Parlamento serbio anunció que exigirá del Gobierno alemán la compensación por
daños durante la II Guerra Mundial.
El Parlamento serbio declaró nula y no existente la decisión
de Tito de no presentar reclamaciones de guerra a Alemania, Bulgaria y Hungría.
Según la Cámara, Tito no tenía autorización para decidirlo.
El Parlamento recuerda que la Conferencia de Paz de París,
cifró en ocho billones y medio de pesetas la cantidad a pagar a Yugoslavia por
Alemania y sus dos aliados, Hungría y Bulgaria. Esta es la respuesta serbia
-aunque sabe que tiene pocas posibilidades de prosperar- a la decisión de
Alemania, ayer, de ayudar económicamente a Croacia.
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