Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Ston
El País Viernes,
01.11.91
Un convoy naval con ayuda humanitaria, en el que viajaba el
presidente nominal de la nominal federación yugoslava, Stipe Mesic, llegó ayer
a la ciudad adriática de Dubrovnik, asediada por el Ejército federal desde hace
un mes mientras en Croacia oriental, las fuerzas federales bajo mando serbio
incrementaban dramáticamente sus ataques contra Osijek y Vukovar. El de ayer
fue uno de los días más sangrientos de las últimas semanas en Eslavonia con, al
menos, diez civiles muertos, en la ciudad de Osijek.
Como el día anterior, la población civil de las principales
ciudades de Eslavonia pasó toda la jornada encerrada en los refugios por la
persistencia de los bombardeos. La aviación federal atacó de nuevo Vukovar
alcanzando con una bomba el centro médico. Al cierre de esta edición no se
conocía el balance de víctimas de este ataque. Nuevos refuerzos de reservistas
serbios llegados ayer a Eslavonia occidental y a la región de Banija al sur de Zagreb parecían confirmar la decisión de Belgrado de llevar a cabo una escalada
de sus ofensivas ante la creciente presión internacional sobre Serbia. Cerca de
50.000 ciudadanos y guardias nacionales que soportan desde hace cuatro semanas un bloqueo total por parte del Ejército federal y la guerrilla serbia.
El transbordador Slavija, en el que viajaban el
aún presidente de la extinta presidencia colectiva yugoslava, Stipe Mesic; el
primer ministro, Franjo Greguric, y otras personalidades de la política, las
artes y las letras de Croacia, llegó a Dubrovnik tras más de 36 horas de espera
en alta mar y nueve de registro por fuerzas de la Marina federal. Estas habían
acusado al convoy de intentar introducir armas para los defensores de la
ciudad. Tras largas negociaciones entre Mesic y el viceministro de defensa, el
almirante Stane Brovet, el Ejército permitió el paso tanto al Slavija como
a la treintena de barcos que persistían en sus intentos por entrar en
Dubrovnik.
Mesic calificó la llegada del convoy como una muestra de la
decisión inamovible de Croacia de defender su territorio contra unos
"generales locos", en referencia al mando del Ejército federal. Mesic
manifestó que "si se sigue ejerciendo la violencia contra Dubrovnik,
Dubrovnik responderá con fuerza". Poco después de llegar el convoy a la
ciudad, un avión federal la sobrevoló y atacó unas posiciones de la Guardia
Nacional croata en los suburbios produciendo varios heridos. En Slano, pocos
kilómetros al norte de Dubrovnik, la artillería federal sometía a constante
fuego las posiciones croatas reforzadas por unidades, llegadas de la vecina
Ston.
Las fuerzas croatas lograron en la noche del miércoles
romper en varias ocasiones el bloqueo naval de Dubrovnik e introducir en la
ciudad armas y munición. Varios comandos de la Guardia Nacional burlaron con
pequeñas lanchas los controles federales, según confirmó EL PAÍS en un centro
de operaciones croata en el frente de Slano.
"VAMOS A RECONQUISTARLO TODO"
"Estamos decepcionados por la actitud de Europa. Cada
alto el fuego que intentamos respetar nos cuesta 15 kilómetros de nuestro
territorio croata. Pese a ello, aún confiamos en que Europa se dé cuenta de lo que
está pasando aquí". Zoran Simic, es el joven comandante de la Guardia
Nacional en Ston, desde donde dirige los movimientos de apoyo a las fuerzas
sitiadas en Dubrovnik. Antes de la guerra era oficial en la Academia Naval de
Split donde formó "a muchos que hoy nos están disparando desde los buques
de guerra que están ahí fuera". Ston es una bellísima aldea medieval
amurallada entre lagunas e isletas en la que Simic ha instalado su cuartel
general. No quiere hablar sobre las operaciones que, al parecer con éxito, ha
realizado para suministrar armas y víveres a guardias nacionales aislados en
diversos puntos de la costa, incluido Dubrovnik. Tampoco desea comentar una
posible operación a gran escala para romper el cerco.
Sin embargo, conoce muy bien a su enemigo y sabe de sus
debilidades. "Están teniendo graves problemas con sus reservistas. Muchos
están detenidos por su desacuerdo con esta guerra. Cada día que pasa en esta
guerra, el régimen serbio tiene que incrementar el terror sobre sus propios
soldados para que combatan contra nosotros. Y nosotros no vamos a ceder ni un
centímetro de nuestra tierra. Vamos a reconquistarlo todo".
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