Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Estambul
El País Jueves,
05.06.97
La caída del Gobierno dirigido por el islamista Necmettin
Erbakan se ha convertido en un objetivo que une a los más diversos grupos
políticos, sociales e institucionales de Turquía. En los últimos días se han
precipitado los acuerdos de cooperación y contactos para impedir que Erbakan y
la jefa del otro partido de la coalición gubernamental, la ministra de Asuntos Exteriores,
Tansu Çiller, puedan imponer su propio calendario para las ya anunciadas
elecciones anticipadas, gobernar hasta entonces y bloquear las reformas de las
leyes electorales.
En el marco de un acuerdo sin precedentes en la historia de
Turquía, los sindicatos, la gran patronal, la asociación de la pequeña y
mediana empresa y la poderosa cámara de comercio comenzarán hoy paros y
movilizaciones conjuntas en demanda de la dimisión del actual Gobierno y la
creación de un Gobierno interino que lleve a cabo las reformas necesarias.
Según coincidieron ayer en manifestar, en conversaciones con EL PAÍS, el
presidente de la Confederación de Sindicatos Progresistas, Ridvan Budak, e
Ishak Alaton, uno de los máximos dirigentes de la patronal, Tusiad, el Gobierno
debe caer cuanto antes. "La parálisis actual es total e insostenible. Este
Gobierno está ya muerto, lo que queda ahí es su sombra", declaró Alaton.
Çiller y Erbakan intentan ahora desesperadamente buscar una
fórmula que les permita realizar su proyectado relevo en la jefatura del
Gobierno sin que afecte a la supervivencia de la coalición que quieren mantener
en el Gobierno a toda costa hasta las elecciones. Estas habrían de celebrarse
en el otoño o, más probablemente, en la primavera próxima.
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