martes, 25 de abril de 2017

EL ÚLTIMO ESTADO DE LA GUERRA FRÍA

Por HERMANN TERTSCH
El País,  Ankara, 06.06.97


El Estado turco es grande, omnipresente, poderoso, lento, temido y corrupto como sólo lo eran en Europa los Estados comunistas. Paradójicamente, mientras aquellos cayeron uno tras otro con la ideología que los sustentaba a partir de 1989, el turco se mantiene esencialmente intacto cuando ya es historia la guerra fría que influyó decisivamente en formarlo tal como es. Como el pluripartidismo, el parlamentarismo, la libertad de movimiento y una cierta libertad de prensa ya existían cuando se produce el terremoto político en Europa oriental, los partidos políticos en Turquía pudieron seguir hasta hoy postergando todo cambio sustancial en el Estado y con la pretensión de representar una democracia occidental. Y sin embargo, la clase política turca sigue siendo hoy sin excepción, en izquierda y derecha, un conglomerado de políticos surgidos durante la guerra fría, volcados únicamente en la lucha por el poder, ávidos de disputarse y repartirse escaños, influencias y negocios. Se hallan totalmente al margen de una sociedad civil de gran dinamismo que ha surgido en las ciudades y en la costa, cada vez más desarraigada de sus orígenes rurales. Pero también ha ignorado totalmente a los sectores más desfavorecidos por este rápido desarrollo que viven en el campo y se agolpan en los suburbios de las grandes ciudades.

No hay comentarios:

Publicar un comentario