Por HERMANN TERTSCH
El País, Osijek,
06.09.91
Las regiones croatas de Eslavonia y Baranja registraron ayer
violentos combates que sólo se suspendieron durante escasos 15 minutos después
de que un emisario especial de la Comunidad Europea (CE) lograse un acuerdo de
alto el fuego entre el Ejército federal y las autoridades locales de la ciudad
croata de Osijek. El Ejército continuó su ofensiva artillera contra ciudades
croatas, mientras se mantenía la incertidumbre respecto a la apertura de una
conferencia de paz este fin de semana. Las autoridades croatas ya sólo apuestan
por el inmediato reconocimiento internacional de alguna potencia europea,
especialmente Alemania, que pudiera llevar esta guerra al Consejo de Seguridad
de la ONU.
Osijek, capital de Eslavonia y prácticamente rodeada ya por
la guerrilla serbia y fuerzas del Ejército federal, fue sometida a un intenso
bombardeo del Ejército federal desde su polígono C, un recinto
militar en los confines meridionales de la ciudad. Los ocupantes del hotel de la
ciudad, numerosos periodistas y 150 personas más, 50 de ellas niños, tuvimos
que protegernos en el refugio al resultar alcanzado el edifico por varios
obuses. Mandos militares habían llamado con anterioridad a los periodistas de
la sede de la televisión croata en Osijek para anunciarles que iban a
bombardearlos de inmediato y que cuando huyeran del edificio serían
"cazados por nuestros francotiradores".
Poco antes de las cuatro de la tarde, y mientras aún caían
granadas de mortero y obuses de carro de combate sobre Osijek, comenzó en el
interior del cuartel del Ejército federal un enfrentamiento armado entre
soldados que había producido una hora después al menos cinco heridos. Según las
primeras informaciones, soldados no serbios ni montenegrinos se habían rebelado
contra las órdenes de sus oficiales serbios. El cuartel se hallaba rodeado por
fuerzas leales al mando serbio de la tropa. Los ataques del Ejército, que aún
hace días se hacían para "responder a agresiones croatas", se han
convertido ya en una ofensiva generalizada.
Bombardeo de Vukovar
La ciudad de Vukovar fue objeto del bombardeo más masivo
desde el inicio de las hostilidades. Aviones de combate, artillería y cañoneras
desde el Danubio sometieron a esta ciudad a un continuo ataque durante varias
horas. Los intentos de los representantes de las repúblicas de Eslovenia,
Macedonia y Serbia de buscar una solución por medio de una "nueva
repartición territorial" de Yugoslavia, hechos públicos la noche del
miércoles, estaban ya ayer condenados al fracaso. En Zagreb se habían disipado
las últimas esperanzas de que la anunciada conferencia de paz pudiera poner fin
a los ataques de que es objeto esta república por el Ejército federal y la
guerrilla serbia, ya en abierta alianza.
[El presidente yugoslavo, el croata Stipe Mesic, declaró
ayer a la televisión valenciana Canal 9 que dimitirá la semana próxima si una
vez celebrada la conferencia de paz el ejército federal no se retira a los
cuarteles. En tal caso, agregó, "la ruptura entre Croacia y Yugoslavia
estará consumada". Mesic cree que en la conferencia de La Haya "la
comunidad Internacional reconocerá oficialmente a Croacia y Eslovenia".]
El enviado especial de la CE, el embajador holandés Henry
Wynaendts, advirtió ayer en Zagreb que aquellos que instigan y provocan los
ataques de los últimos días no lograrán sus objetivos, dejando entrever una
posición más dura de Bruselas hacia Serbia. Todas las partes implicadas,
incluyendo a lord Carrington, a quien la CE encomendó la dirección de la
conferencia de paz, calificaron ayer de inviable una negociación mientras
continúan los enfrentamientos masivos. La autopista entre Belgrado y Zagreb,
que comunica asimismo la capital croata con su región oriental de Eslavonia,
seguía ayer cortada por guerrilleros serbios a la altura de Okucani. Éstos
reciben apoyo de los carros de combate del Ejército federal llegados el
miércoles desde Banja Luka y Bjelovar. Los intentos desesperados de Macedonia y
Eslovenia por evitar una matanza en Croacia, aviniéndose con Serbia a la
propuesta de una especie de cantonización general de Yugoslavia, estaban ayer
abocados al fracaso. La parte serbia intenta presentar como cuerpos jurídicos
las asambleas autónomas serbias, creadas bajo la acción armada de grupos
radicales llegados en gran parte desde Serbia. Si en Krajina, la única región
homogénea serbia en Croacia, las asambleas tienen ciertos visos de
representatividad, en Eslavonia, Baranja y Banija carecen totalmente de ella.
OSIJEK PAGA CON SANGRE SU REBELDÍA
La quinta granada de mortero cayó en la sala D de
quirófanos del hospital. Las cuatro anteriores habían marcado el comienzo de
una nueva ofensiva del Ejército contra la población de Osijek, la capital de
Eslavonia. Eran las 14.30 de ayer, y los habitantes aún no evacuados de esta
ciudad hacían sus últimas compras.
A media tarde todos saben que es mejor estar en casa, aunque
tampoco allí se está a salvo de la artillería pesada del Ejército. El martes
por la noche, una familia en pleno se hallaba a las 19.30 ante el televisor de
su casa. No habían terminado de hablar los analistas ante la pantalla cuando un
proyectil de carro de combate irrumpió en el saloncito y estalló. La niña de 16
años resultó muerta de inmediato. Sus padres se hallan en estado crítico en el
hospital.
A este hospital en el que agonizan llegaban el miércoles
otros 12 cadáveres más en un camión frigorífico de transporte de carne. Había
sido la única forma de sacar a estos muertos de la aldea de Bilje, ya que la
guerrilla serbia había impedido a tiros que se acercaran las ambulancias.
Osijek, prácticamente aislada del resto de Croacia, está a
merced de las fuerzas de la guerrilla serbia y del Ejército federal, que desde
hace tres días bombardea sistemáticamente el centro urbano. Los militares no
han explicado esta estrategia de bombardear viviendas para cumplir la tarea de
"impedir choques étnicos". Cinco periodistas españoles que salían de
comer en el restaurante chino de Osijek tuvieron que ayudar a una anciana de 70
años, malherida por una de las granadas, que cayó junto a la ventana de la
cocina de su casa. Estaba preparando su almuerzo.
El ejército federal disparaba ayer, como en días anteriores,
indistintamente con morteros, cohetes tierra-tierra y sus carros de combate,
contra el centro de la ciudad en el que grupos de Guardias Nacionales corrían
desorientados y con sus kalashnikovs y viejas ametralladoras prácticamente
indefensos frente a un enemigo al que no afecta el embargo de armas impuesto
por Europa que sí atenaza a los croatas.
"¿No entenderá Europa nunca lo que está pasando
aquí?" preguntaba entre sollozos una mujer aterrorizada en un portal.
"Ese ejército serbio nos quiere matar a todos. Europa verá lo que pasa
cuando nos hayan asesinado a todos. ¿A qué fuego responden bombardeando
nuestras casas?
El nuevo bombardeo llegó sin aviso y sin que mediara
provocación ni disparo alguno. Los niños croatas huidos de pueblos cercanos a
Osijek hace unas semanas llegaban al garaje del Hotel Osijek, habilitado como
refugio, visiblemente nerviosos. Niñas adolescentes intentaban entretener sin
mucho éxito a sus hermanos menores, que con ojos muy abiertos observaban el ir
y venir de periodistas y guardias nacionales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario