Por HERMANN TERTSCH
El País Jueves,
01.12.94
TRIBUNA
Señores, enhorabuena. Les ha costado. Más de lo que pensaron
en un principio. Cierto es que más les ha costado a otros, en muertos, en
heridos, en desmoronamiento de creencias, en ruina física, y moral. Pero
Ustedes han logrado sus objetivos. Ya no hay remedio, dicen. Y ya tienen que
dejar que suceda lo que desde un principio muchos querían que sucediera.
Hicieron lo posible porque así fuera. Con la dificultad añadida de que habían
de hacerlo sin que lo notaran sus respectivas opiniones públicas. Pero ahora
podemos pasar al comunicado final de la guerra. Las fuerzas bosnias, aquellos
que comenzaron la guerra defendiendo un Estado plurinacional y multiétnico,
han muerto, han desertado al tribalismo o han sido vencidas. A Ustedes les ha
costado algún dinero, pero valía la pena. Tendrán la Gran Serbia, potencia
regional que ponga orden. En Londres y París se apostó por ello desde el
principio. Por la necesidad de lograr una victoria política sobre la Alemania
unificada, poderosa económicamente. Había que impedir lo que algunos creían en
aquellas cancillerías que podía ser también una victoria política y estratégica
de Alemania. Han compensado complejos históricos a costa de 250.000 muertos.
¡Valientes Von Clausewitz!
Han tenido a gentes dedicadas a la causa tan efectivas como
Lord Owen, los generales Morillon, el inefable Rose o el canadiense Mackenzie,
tan encariñado por la buena camaradería con Karadzic que se dedicó después a
dar conferencias para el lobby serbio por el mundo. No había lugar
para tal complejo. Alemania ha demostrado que sigue siendo un enano político
cuando no hace pulsos comunitarios a golpes de talón bancario. ¡Poca confianza
en sí mismo ha demostrado este supuesto coloso! Y todos han demostrado,
independientemente de su renta per cápita, ser unos enanos políticos.
¿Qué decir de EE UU, supuesta única potencia y líder mundial
con un presidente provinciano más ignorante que aquel antecesor suyo
presbiteriano Woodrow Wilson, asesorado por ancianos del pasteleo como Warren
Cristopher y cínicos del aislacionismo? Han cambiado de opinión cada dos
semanas, han creado expectativas a unos y animado a otros con su indecisión.
Porque indecisos sinceros ha habido pocos. Los que creían que tendrían ayuda
para hacer frente a quienes luchan por el primer régimen fascista en Europa
desde 1945. Los bosnios, que no utilizaron desde un principio los métodos que,
se ha visto, son los que Occidente considera aceptables para dibujar nuevos mapas.
Otros han disimulado para facilitar la acción a quienes no tienen escrúpulos y
han logrado estar ahora en vísperas de inaugurar su gran Estado tribal.
¡Enhorabuena a todos! Porque, si creen que nos traerá la
estabilidad a la región ese Estado basado en la pureza de raza, en el odio
religioso y en la represión, en la brutalidad en suma, han hecho una gran
aportación a que tengamos más de lo mismo. Habrá más tribus, más Karadzic, más
matanzas. En los Balcanes y fuera de ellos.
Y tengan cuidado de que este espíritu de la tribu y de la
raza única y superior que han fomentado no se les instale en sus propios
países. Cuidado con impedir ahora el derecho legítimo de los franceses a hacer
un pogromo contra los argelinos en Marsella. Y que no gane unas elecciones en
Alemania un Milosevic como el que han convertido ustedes en estadista. No se
las tendrían que ver con un dictadorzuelo de medio pelo. Y él pedirá Polonia y
los Sudetes y Tirol del sur y Austria, con el mismo derecho que han otorgado
Ustedes a los Milosevic y Karadzic. Y la OTAN, nuestra seguridad, tiene ya
fisuras definitivas. Y la Unión Europea está corroída por el recelo. Y los
rusos quieren intervenir en el vecindario. Como Serbia lo ha hecho en los
Balcanes. Después querrán hacerlo en Polonia o Hungría. ¡Enhorabuena, señores,
porque nos van a deparar un fin de siglo en Europa extremadamente interesante!
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