Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Zagreb
El País Martes,
05.11.91
Los enfrentamientos bélicos en Croacia, en continua escalada
desde hace tres días, entraron ayer en la plena dinámica de la guerra total, en
la víspera de la nueva sesión de la Conferencia de Paz de La Haya, en la que,
previsiblemente, la Comunidad Europea impondrá sanciones económicas y políticas
a Serbia. Rechazado una vez más el plan de paz de la CE por el presidente de
Serbia, Slobodan Milosevic, el Ejército y la guerrilla serbia reforzaron sus
bombardeos de objetivos militares y civiles en todo el frente.
Ante la reunión de hoy en La Haya, el Ejército federal
refuerza sus posiciones, y la Guardia Nacional croata, definitivamente
desengañada de la capacidad de la CE de imponer la paz, continuaba ayer sus
operaciones de defensa y contraataque allí donde le era posible. El peligro de
una extensión del conflicto más allá de las fronteras del extinto Estado yugoslavo
se hizo de nuevo patente ayer con el ataque por la guerrilla serbia a tres
barcos húngaros que navegaban por el Danubio. Este incidente se produce cinco
días después de que un avión de combate del Ejército federal bombardeara la
ciudad fronteriza húngara de Barck. El jefe del Gobierno húngaro, Jozsef
Antall, manifestó ayer tener pruebas de este bombardeo, que el Ejército federal
había desmentido.
La Embajada yugoslava en Budapest, como la mayoría de las
legaciones diplomáticas federales en el exterior, firmemente en manos de la
junta militar aliada con el presidente Milosevic, también rechazó las
acusaciones de Budapest, capital que la propaganda de Belgrado considera aliada
de Croacia en una supuesta conspiración imperialista alemana en los Balcanes.
Antall había declarado el domingo que el Ejército federal y la guerrilla serbia
están fuera de control y suponen un peligro inmediato para la estabilidad y la
paz de toda la región.
Dudosa capacidad federal
Las fuerzas croatas lograron
romper la línea establecida por la guerrilla serbia de norte a sur en Eslavonia
occidental en una ofensiva que supone un nuevo revés militar para las fuerzas
panserbias y arroja nuevas dudas sobre la capacidad de las fuerzas federales,
abrumadoramente superiores en materia de armamento.
El general serbio Nicola Uzelac, quien desde la localidad
bosnia de Banja Luka dirige parte de las fuerzas federales en sus ataques
contra Croacia, exigió ayer una movilización general en las partes del antiguo
Estado de Yugoslavia que aún controla para hacer frente "a la superioridad
numérica de la Guardia Nacional croata".
El Ejército federal lanzó un nuevo ataque contra las fuerzas
defensoras de Vukovar, que seguía resistiendo anoche con algunos centenares de
guardias nacionales y 13.000 civiles, entre ellos 2.000 niños. El comandante de
las fuerzas defensoras de Vukovar, Mile Dedakovic, había hecho horas antes un
desesperado llamamiento a toda Croacia para enviar ayuda a Vukovar, ya que en
caso de no llegar ésta, la caída de la ciudad podría ser "cuestión de
horas".
Matanza de civiles
Dedakovic manifestó en una comunicación por radio con
periodistas en Zagreb que, de entrar la guerrilla serbia en la ciudad, esperaba
una matanza de civiles como las habidas en otras poblaciones más pequeñas de la
región, en las que no hubo prácticamente supervivientes.
Nuevos ataques de artillería y aviación, con una intensidad
en continuo aumento, se produjeron a lo largo de todo el frente. Aviones
federales bombardearon Vukovar, Virovitica, Grubisno Polje, Sisak, Karlovac y
Duga Resa. En Sisak, la refinería volvió a ser alcanzada por cohetes de
aviación y artillería pesada.
Ayer, las autoridades croatas permitieron a las madres de
los prisioneros de guerra serbios visitar a sus hijos en las prisiones donde se
hallan, lo que días antes les habían negado acogiéndose a las disposiciones de
la Convención de Ginebra. El Gobierno de Zagreb intentaba así hacer frente a la
propaganda de la prensa serbia, que acusa a Croacia de malos tratos a los
prisioneros de guerra.
Por otra parte, el diario Borba, dependiente del
Gobierno federal de Belgrado, publicaba ayer las declaraciones de un reservista
serbio que hablaba de muchos más muertos en las filas del Ejército federal que
en la parte croata y aseguraba que varios reservistas habían muerto al
estallarles en la cara radios, encendedores y casetes encontrados en puestos
abandonados por los croatas.
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