Por HERMANN TERTSCH
El País, Zagreb,
04.11.91
EL POLVORIN DE LOS BALCANES
La guerra en Croacia alcanzó ayer niveles de violencia sin
precedentes en combates a lo largo de todo el frente, a dos días de la nueva
sesión de la Conferencia de Paz de La Haya, que previsiblemente impondrá
sanciones económicas a Serbia. Numerosos y muy fuertes ataques de artillería
contra Osijek, Gospic, Karlovac, Sibenik y Dubrovnik y la continuidad, por
segundo día, de la ofensiva aérea del Ejército federal contra ciudades croatas
e instalaciones, como el aeropuerto de Varazdin, fueron el prolegómeno del más
masivo intento de las tropas federales y la guerrilla serbia de tomar la ciudad
de Vukovar.
Ayer era imposible establecer un balance de víctimas pero se
teme que las dos últimas jornadas pueden ser las más sangrientas de esta
guerra civil que ya dura cuatro meses. La alarma aérea volvió a sonar en
Zagreb. El sábado, aviones de combate destruyeron con misiles unos transformadores
eléctricos a 10 kilómetros de la capital croata. Al cierre de esta edición, los
defensores de Vukovar, la ciudad de la región de Eslavonia que es ya el símbolo
de la resistencia croata, habían hecho un llamamiento desesperado de socorro.
La Radio Croata hablaba, por primera vez, de la "posibilidad real de que
caiga Vukovar". Ocho carros de combate habían logrado adentrarse en el
centro de la ciudad por el este. Desde las pocas casas que quedan en pie en
esta antigua ciudad ribereña del Danubio, se libraba una encarnizada batalla
"ruina a ruina".
El ejército federal anunció en Belgrado que la
intensificación de los bombardeos por parte de su artillería y aviones de
combate eran la respuesta a una ofensiva croata.
Fuentes de la capital federal, que es también la capital
serbia, informaban ayer que el presidente serbio, Slobodan Milosevic, estaba
personalmente inclinado a acatar el plan de paz comunitario y evitar así un
aislamiento internacional que agravaría drásticamente la precaria situación de
esta república. Pero dos días antes de la nueva cumbre de La Haya, donde se
impondrán sanciones económicas a Serbia si no acata el plan de paz, Milosevic se halla "amordazado" por sus aliados: el alto mando militar y los
líderes serbios que, bajo su dirección, organizaron la insurrección en Croacia
de esta minoría.
El ministro griego de Asuntos Exteriores, Andonis Samaras,
llegó ayer a Belgrado en un último intento de la CE por convencer a Milosevic
de que si no se aviene a firmar el acuerdo comunitario, Serbia y sus aliados se
verán abocados al aislamiento y a la catástrofe económica.
Milosevic y su Partido Socialista serbio han intentado sin
éxito algunos cambios en el plan de paz de La Haya para presentarlo como
aceptable y justificar su cambio de actitud. No obstante, los representantes
de los serbios de Croacia y Bosnia-Herzegovina han advertido que la aceptación
de este plan supone la "traición al pueblo serbio".
Al margen de la situación en Vukovar que parecía anoche
desesperada, la Guardia Nacional croata mejoró ayer sus posiciones militares en
Eslavonia y en la Banija. Ni las autoridades croatas ni las serbias informaron
sobre una contraofensiva de la Guardia Nacional croata que a media tarde amenazaba
con romper las líneas de abastecimiento del ejército en el acoso a Ilok y
Vukovar.
La radio croata tampoco mencionó el otro principal éxito de
sus fuerzas que lograron fortalecer sus posiciones en la margen izquierda del
río Kupa cerca de Pokupsko.
Las posiciones croatas junto al río Kupa fueron sometidas
nuevamente a un violento bombardeo de artillería, al igual que la ciudad de
Karlovac.
[Por otra parte, los dos periodistas de la televisión
soviética que desaparecieron el pasado 1 de septiembre en una zona de combate
de Croacia fueron vistos ayer en Kostajnica, según aseguró un sacerdote
ortodoxo a la agencia France Press.]
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