Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Atenas
El País Domingo,
21.11.99
El presidente de EE UU apoya a Atenas en el conflicto del
Egeo e impulsa una solución para Chipre
Bill Clinton dio ayer un fuerte impulso a la reconciliación
de Grecia y Turquía durante su breve estancia en Atenas. El presidente
norteamericano apoyó por primera vez la tesis griega de solucionar el
contencioso sobre el mar Egeo ante el Tribunal de La Haya y no en una
negociación bilateral como desea Ankara, y promovió una solución al conflicto
de Chipre que supere la división de la isla. La visita del mandatario
norteamericano, el Planetarca (rey del mundo), como le llama buena parte de la
opinión pública griega, estuvo marcada la víspera por la violencia de las
manifestaciones antinorteamericanas, pero ayer no hubo incidentes al haber
montado la policía un impresionante dispositivo.
El presidente norteamericano, Bill Clinton, concluyó ayer
una breve pero tormentosa visita a Atenas con varios gestos de acercamiento a
Grecia, el aliado más díscolo de la OTAN, y un llamamiento en favor del
acercamiento greco-turco y de la estabilidad en el Mediterráneo oriental.
Mientras, un inmenso dispositivo policial en la ciudad impidió con éxito manifestaciones
antinorteamericanas como la de la víspera, pero provocó también un terrorífico
colapso del tráfico en la ciudad que no le granjeó al presidente norteamericano
más simpatías entre los atenienses.
Ayer Clinton quiso evitar que la visita quedara marcada por
los incendios, saqueos y actos vandálicos en que degeneró una manifestación del
Partido Comunista de Grecia (KKE) en contra de la visita del planetarca, como
llaman al presidente no sólo los comunistas en Grecia. Tras sus conversaciones
con el primer ministro, Costas Simitis, Clinton apoyó a Atenas en diversas
cuestiones políticas. Así, por primera vez respaldó la tesis griega de
solucionar el conflicto fronterizo con Turquía ante el Tribunal de La Haya y no
en negociación bilateral, como desea Ankara. Agradeció también la nueva
flexibilidad griega de poner fin a su veto a la candidatura de Turquía a la
Unión Europea. Anunció, además, que intercederá ante el Gobierno británico para
que éste devuelva los frisos del Partenón, también conocidos como los Mármoles
de Elgin en recuerdo al aristócrata británico que a principios del siglo XIX se
los llevó al Museo Británico, donde permanecen.
Gesto de Ankara
Simitis, que ha dado un giro muy notable a la política
griega durante su mandato, pidió a Turquía un gesto como respuesta al ya
anunciado apoyo a la candidatura turca a la UE. "Pero Turquía sabe también
que para que le ayuden los demás ha de ayudarse a sí misma". Clinton sabía
que su visita había causado más problemas que beneficios al Gobierno de
centro-izquierda de Simitis. Los intentos de la Casa Blanca de realizarla antes
de la Cumbre de Estambul de la OSCE, con inasumibles condiciones de seguridad y
coincidiendo con el aniversario de la matanza de la Politécnica de Atenas del
17 de noviembre de 1973, cuando la Junta Militar mandó a los tanques a aplastar
una revuelta estudiantil causando decenas de muertos. Dado el hecho de que la
junta tenía el apoyo de EEUU en aquellos años, el aniversario de esta fecha
siempre se convierte en una manifestación antinorteamericana. De haber ido
Clinton a Atenas en esas fechas, las imágenes de televisión del viernes habrían
sido una broma, según convicción generalizada. Tres días de manifestaciones
antinorteamericanas en Atenas no habrían cimentado más las relaciones que las
menos de 24 horas que Clinton ha estado en Grecia.
El presidente norteamericano calificó a Grecia de
"potencia económica de los Balcanes" y "el líder para la paz, la
estabilidad y la prosperidad en el sureste de Europa". "No hay mejor
forma de empezar el nuevo milenio que viendo cómo la Grecia moderna ayuda a
concluir la revolución democrática que la antigua Grecia inició".
Clinton ya había hecho sus primeros gestos de aplauso a la
política griega en Estambul, nada menos que ante la Asamblea Nacional turca, a
la que recordó que "Grecia está también asumiendo riesgos en favor de la
paz y reconoce como nunca que el destino de Turquía está en Europa".
También allí recordó que, pese a las dificultades con su opinión pública por
las relaciones históricas, religiosas y culturales con Serbia, Grecia había
demostrado ser un aliado en la OTAN durante la crisis de Kosovo. Nadie esperaba
que Simitis fuera a apoyarle en una cuestión que sólo puede hacerle perder
votos en las próximas elecciones. Aunque últimamente se oigan voces críticas
contra el presidente serbio, Slobodan Milosevic, la intervención armada contra
su Ejército e infraestructuras es unánimemente condenada en Grecia.
Pero la cuestión que más ha intentado mover Clinton en su
breve visita a Grecia ha sido el plan para buscar una fórmula para solucionar
uno de los más graves y difíciles conflictos que susbsisten en Europa: Chipre.
Hay muchos indicios de un tiempo a esta parte de que en Atenas y en Ankara se
ha creado una situación favorable a la resolución del conflicto, que no tiene
precedentes desde que hace 25 años Turquía ocupara el norte de la isla como
respuesta a un golpe de Estado por parte de nacionalistas griegos. El próximo
día 3 de diciembre se reúnen en Nueva York, y bajo los auspicios del secretario
general de la ONU, Kofi Annan, los dos máximos líderes de las comunidades de la
isla, Glafcos Clerides, presidente del Chipre griego, y Rauf Denktash, jefe del
Estado turcochipriota, sólo reconocido por Turquía.
La candidatura de Chipre al ingreso en la UE; la de Turquía,
que será previsiblemente aceptada en la Cumbre de Helsinki, y los nuevos
movimientos de acercamiento entre Atenas y Ankara hacen pensar que el próximo
año se puede lograr lo que ha sido imposible en un cuarto de siglo. Clinton
tiene especial interés en que la solución al conflicto, que enfrenta a dos
miembros de la OTAN y es un foco de inestabilidad crónica en un Meditarráneo
oriental cada vez más importante estratégicamente, sea solucionado antes de
concluir él su segundo mandato. Aunque la reunión de Estambul entre Simitis y
el jefe del Gobierno turco, Bulent Ecevit, no fue sino "una buena toma de
contacto" sin mayores resultados, las expectativas respecto a Chipre
siguen creciendo, también porque tanto Grecia como Turquía parecen convencidos
de que Clinton está dispuesto a asumir parte de los costes.
Clinton partió ayer para Italia, no sin sufrir antes un
contratiempo. Minutos antes del vuelo se produjo una alerta de seguridad, pero
el avión presidencial, el Air Force One, aterrizó en Pisa sin novedad.
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