Por HERMANN TERTSCH
El País, Viena,
28.06.2000
Los Catorce socios de Austria en la Unión Europea parecen
decididos a mantener a este país como un paria pagador neto por tiempo
indefinido. Quizá salga caro. Es más que lógico que la presidencia portuguesa
de la UE no haya querido crearse incomodidades al final de su mandato con un
intento de levantar unas sanciones que no sirven sino a quien las ordeña que es
precisamente el objeto a castigar, es decir Jörg Haider, un camaleón político. Los
efectos de una política de los Catorce que nadie pensó ni sopesó puede resultar
a la postre aun más catastrófica para toda la idea europea que las
provocaciones sistemáticas de este yuppie encantador de resentidos y
malparados.
Casi seis meses llevan los representantes legítimos de
Austria siendo peor tratados que, por ejemplo, Vladimir Putin. El bloqueo
supuestamente bilateral a los contactos de Austria con los otros miembros de la
UE es una amenaza directa a los propios principios y valores que dicen defender
quienes no quieren reconocer que se equivocaron, es decir los Catorce.
La advertencia contra una forma de hacer política como la de
Haider era legítima y necesaria. Las sanciones contra una mayoría parlamentaria
y un gobierno cuya labor legislativa y ejecutiva es impecable y que sólo se
basan en sospechas derivadas de las declaraciones de un líder hoy regional, son
insostenibles y atentan contra todo sentido de la justicia e inteligencia.
Las sanciones no se van a levantar previsiblemente. Menos bajo
una presidencia francesa que quiere imponer ejemplos donde menos le cuesta.
Pero el precedente nos traerá problemas. Es de esperar que lo recuerden todos
cuando Berlusconi haga alianzas en Italia con la Alianza Nacional posfacista y
con los prefacistas de la Liga del Norte. ¿Habrá sanciones? Las sanciones
continúan, y los Catorce están consiguiendo desmontar toda la credibilidad que
tuvieron. Sobre todo en los potenciales nuevos miembros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario